¿Por qué escribe este libro “Chile: Crónicas de un fracaso anunciado”? ¿Qué le motiva?

Lo escribo para sacar a la derecha del Shock y de la modorra post traumática. Para promover la reflexión y el sentido autocrítico.  No es aceptable que se intente normalizar un fracaso tan rotundo, ni que se eludan las responsabilidades de un sector que terminó repudiado grotescamente por el país. Me parece muy importante aprender de los errores cometidos en el Gobierno de Piñera y de la soberbia observada en la coalición que le apoyó.  Se dedicaron a restar apoyos más que a consolidar un bloque político. Se cometieron muchos abusos que han puesto en riesgo la estabilidad política y el desarrollo de Chile.  Si no hay claridad y consciencia de lo que se hizo mal, el sector está condenado a repetir estos errores.

¿Es Piñera responsable la debacle de su sector en la política chilena?

Piñera es el principal responsable por su mediocre desempeño, por el mal criterio en la conducción del país, por la falta de criterio político en la conformación de sus equipos de conducción.  Pero hay otros responsables, en las ideas, por ejemplo, el Instituto Libertad y Desarrollo actuó con un clasismo y elitismo sectario y dogmático inaceptable, la Derecha Económica que se comportó de manera muy abusiva, distorsionando el mercado y corrompiendo lo público, en particular la política. Como si se tratara de una política de mercado, o peor aún de mercadeo. Ese sentido de abuso e impunidad, ese enfoque ideológico extremadamente materialista, un neoliberalismo descontrolado y pervertido, permitió que la falta de probidad se extendiera de manera descontrolada, transversalmente en la política, en lo empresarial, lo económico financiero, hasta en el ámbito de la fe. Se normalizó el abuso, la hipocresía y la impunidad que alcanzó a una élite en la administración del Estado y en sus órganos, en un sector de las fuerzas armadas y carabineros. Me temo que estamos frente a la visión del Iceberg, solo vemos una parte expuesta, pero es mucho más lo que está oculto.

¿Cómo vivió usted el Gobierno de Piñera?

“Como loro en el alambre”, con incomodidad, un sentido de frustración, también con un poco de dolor, al ver como se ninguneaba ese aporte, pero al mismo tiempo en esa torpe acción se degradaba la política, la democracia, la imagen del gobierno.  Sentí impotencia al vivir reacciones estúpidas y pusilánimes de algunos de los más importantes Ministros y Parlamentarios del Gobierno, con lo que trabajé por años, algunos amigos y otros emparentados con el Presidente, que solamente se encogían de hombros cada vez que se hacía una advertencia.  Como queda demostrado en el libro (que comentamos) muchas veces nos adelantamos a los hechos y otras tantas actuamos proactivamente tratando de evitar tanta torpeza, pero fue inútil. Muchas Tribunas advertían al gobierno de lo que pasaría, se la mandaba a todos los miembros del Gobierno y a los parlamentarios que podía, pero había una actitud pusilánime, un cierto desdén, una permisividad aprovechada o quizás aprovechadora.

Su argumentación trasunta que en Chile existe un cambio civilizatorio en curso y que la derecha en Chile no se ha sumado como debiera hacerlo…¿Cuál es su opinión?

Hay un cambio de época.  Emerge la Sociedad Digital y la autoridad política todavía no se da por enterada. La duda que me conmueve es si no lo vieron venir o estaban ocupados en otros intereses. En todo caso, consideré un disparaté, una mentira, una falta de respeto, ese argumento deslizado desde el gobierno: “Es que no lo vimos venir”. Simplemente no atendieron las advertencias, que fueron conversadas en el Congreso y en la Moneda  (Larroulet), pero no se interesaron. ¡Nada hicieron!

Luego vino la pandemia, era de toda evidencia que la campaña de salud debía ser complementada con el proceso de adaptabilidad a la virtualidad en todos los ámbitos. Pero, se dejó sola a la gente, no se implementó una política pública de apoyo.  En general, hasta ahora, los políticos -transversalmente- se muestran fuera de lugar, no comprenden el proceso de la sociedad digital. Se trabaja más en lo ornamental, pero, no hay una decidida y clara política para poner a Chile en la vanguardia de la competitividad, en el desarrollo de la infraestructura, de las normas legales pertinentes, la adecuación de la administración pública. La educación está al debe en el desarrollo de las habilidades y competencias necesarias y el material adecuado a este propósito.

Usted ha bregado por una Derecha Social y existe la sensación que en los círculos de poder no lo han escuchado…

La Derecha ha estado cooptada por el poder del dinero. Gente con poder económico, con buen sentido para los negocios y pésimo criterio político. Pienso que eso no ha cambiado. Más que una fuerza política se parece más a un conglomerado económico-empresarial.  Destruyeron la credibilidad y la confianza en un modelo altamente exitoso en la generación de riqueza, que tenía potencial para incrementar los bienes públicos y mejorar la redistribución del ingreso, fue torpemente dilapidado. Faltó la ética en la élite de la derecha económica, lo que se agravó con la actitud pusilánime de la derecha política: “Mataron la gallina de los huevos de oro”. Faltó sensibilidad, buen criterio y sentido de la oportunidad. El dogmatismo económico-financiero sometió a la política. Una actitud de abuso e impunidad parecida a aquellos que, de tanto ordeñar la vaca la dejaron agónica, en medio del desprecio de los que fueron testigos del hecho abusivo y descriteriado.

Promuevo una centro social o una centro derecha social, que tenga un sentido ciudadano, de fuerte compromiso democrático, con los valores republicanos, participativo, que entienda el mundo de las redes y la semántica de la comunicación digital, que ponga en equilibrio la racionalidad con la emocionalidad. Un sector que entienda que se trata de una batalla cultural. La derecha muestra desprecio y desinterés por lo cultural. Su gestión ha sido pésima al respecto. El sector está al debe en esta materia.  Me encantaría ayudarles en esa materia estratégica.

¿Qué valor le da a la práctica de la espiritualidad y a la ética en política? Usted ha creado una palabra: “pandemética”, haciendo alusión a la pandemia y a lo que sucede en la política tradicional chilena…

La causa de todos los males en la sociedad actual está en el extravío en el sentido de la vida, un exacerbado materialismo degradante de la dignidad de la persona, un escaso sentido espiritual. Se privilegia todo lo exterior y superfluo y se desatiende lo interior y trascendente. Hoy la persona vale por lo que tienen como patrimonio exterior y material.

En ese materialismo los principios y valores éticos se confunden con precio y valores económicos, lo que constituye un disparate.  A eso se agrega que un grupo de economistas se sintieron dueños de la verdad, pensaron que habían clavado la rueda de la fortuna y promovieron los principios del neoliberalismo al nivel de dogmas de fe.  Hasta traernos a este disparatado orden de cosas que ahora lamentamos.

En el proceso se han ido agregando elementos degradantes generando entropías negativas como la falta de probidad, el descrédito del mérito, la corrupción, la validación de la violencia, el terrorismo y lo peor, la narco-cultura y narco-política, que se extienden aceleradamente, proceso de degradación ética que he denominado Pandemética, por lo vertiginosos, contagiosos y la fácil viralización en la sociedad.

¿Qué perspectiva tiene la política, en particular la Derecha en el Chile de hoy?

Unos optan por polarizar el país aún más a la ultraizquierda, véase sectores de la Convención que son fiel expresión de esta disparatada conducta. Otros tironean para radicalizar hacia una derecha más dura y extrema. En la última Presidencial se impuso  Republicanos, que ganó la opción de aglutinar al sector.  La Derecha Económica apuesta por el fracaso del gobierno y el desplome de su posicionamiento político-electoral.  Los partidos que constituyeron el bloque de apoyo al gobierno de Piñera están en estado calamitosos: la UDI complicada, EVOPOLIS tratando de ajustarse, el PRI es ficción, RN muestra fracturas muy evidentes y Republicanos esperando para pasar por encima del sector, apostando que nuevamente los dueños del dinero inventaran un candidato de papel.

Mi opinión es que se debe apostar a un escenario de unidad amplia, un conglomerado del sector más los Independientes, adscritos como movimientos activos. Se debe reconocer los errores cometidos, hacer un mea culpa, declarar la voluntad de unidad y avanzar en la articulación de un proyecto político más acorde a la sociedad digital, ciudadano, social, participativo, en redes, con múltiples alianzas sectoriales.  Lo único que no funcionará es que pretendan seguir haciéndose los tontos, desentendidos, normalizando el estruendoso fracaso, como si nada hubiese pasado.

1 Comentario

  1. Excelente lo expuesto por el ex senador Carlos Cantero. ¿Que habría pasado si Piñera le hubiera escuchado antes cuando estaba en el gobierno?
    Lo de Carlos es una lucha titánica, que hoy está viendo sus primeros frutos. Felicitaciones!

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