A sus 30 años, la artista chilena Celeste Rojas ostenta un currículum extenso, que incluye exposiciones en Brasil, México, España, Estados Unidos, Inglaterra y China, y distinciones como el Premio Bienal Arte Joven 2017 de Buenos Aires, y ahora el Premio Rojas de Negri, reconocimiento que desde 2006 entrega el Consejo de la Cultura a través de una votación entre fotógrafos y profesionales del área.

“Es un reconocimiento importante, que además se entrega por segunda vez a una mujer: la primera fue Zaida González”, explica la artista. Y agrega: “Es relevante remarcarlo porque la fotografía en general es trabajada por hombres y no solo en el arte, sino tambien en otras disciplinas como el fotoperiodismo”.

“Me hice fotógrafa precisamente por todo el material que me rodeaba en mi casa. Recuerdo que de muy niña, a los 12 años, armé un laboratorio de revelado en el baño”, cuenta.Para Rojas la fotografía siempre ha sido el centro en su vida. Creció entre cámaras, negativos, diapositivas y ampliadoras de imágenes, su padre era fotógrafo.

Explica que el tema central en su obra es la memoria, lo latinoamericano y cómo se cruzan los límites entre la ficción y lo documental.

Un antiguo archivo fotográfico perteneciente a su padre, inspiró su último trabajo: “Lo guardé siendo muy niña e intuitivamente decidí atesorarlo hasta el año pasado”, cuenta Rojas .

“En la fotografía siempre hay un punto de fuga imaginario, algo que es posible de materializarse. Me gusta trabajar con esa idea porque puede abrirse a un lugar de exploración subjetiva”, explica la artista. Y añade: “Si bien es la historia personal de una hija con un padre relacionándose a través de un archivo, también está la posibilidad abierta para que el espectador pueda sentirla como una historia propia o incluso para pensarla, en términos más generales, de la historia de Chile”.

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