LONDRES — Una tarde hace poco, Clare Barlow, curadora en la Wellcome Collection, un museo de ciencia y medicina en la capital británica, ofreció un recorrido de su nueva exhibición permanente, Being Human (ser humano).

La exposición incluye un kit de trasplante fecal usado para tratar infecciones intestinales, una escultura que despide el aroma de leche materna y un recipiente con las células que han sido la base de algunos de los mayores avances médicos durante el siglo XX, tomadas en 1950 a una mujer negra, Henrietta Lacks, sin su consentimiento.

Credit Vía Wellcome Collection; Steven Pocock.

Barlow no comenzó el recorrido con ninguno de esos objetos. En cambio, señaló a la base del exhibidor.

“¿Puedes ver que está pintada de color negro?”, dijo emocionada. “Eso es en parte porque se ve hermoso, pero también para contrastar con el piso”. Fue pintada de esa manera para ayudar a que las personas con discapacidades visuales se puedan mover alrededor del espacio, dijo Barlow.

Posteriormente, apuntó hacia una banca frente a una pantalla de video. “¿Ves que no está centrada?”, dijo. Eso es para que las sillas de ruedas puedan acercarse y tener una vista perfecta, mencionó. Normalmente, en los museos, tienen que sentarse a un lado.

Barlow citó otros elementos de diseño concebidos para beneficiar a las personas con discapacidad. Las salidas siempre están visibles para que las personas con ansiedad sepan que pueden marcharse. Existen diversas guías auditivas y visuales, incluida una en lenguaje de señas británico, y modelos de las exhibiciones que las personas pueden tocar.

“Si no los necesitas, puede que no los notes”, dijo Barlow. “Pero si los necesitas, ahí están”.

Being Human, que fue inaugurada el 5 de septiembre, es calificada por algunos activistas a favor de las personas con discapacidad e investigadores como el espacio museográfico más accesible de todos los tiempos en el Reino Unido. “Esto realmente cambia todo”, dijo Richard Sandell, del Centro de Investigación para Museos y Galerías en la Universidad de Leicester, a través de una entrevista telefónica el 4 de septiembre. (El centro fue un consultor para la exhibición).

El diseño accesible de la exhibición era una cosa, pero su enfoque curatorial fue más importante, dijo. Muchas personas con discapacidad odian los museos de Medicina porque los ven como pacientes que deben curar, comentó. Esta exposición no pretende eso, agregó: antepone sus historias.

Credit Wellcome Collection; Steven Pocock.

Existe un exhibidor lleno de prótesis, por ejemplo. Algunos museos médicos las muestran como maravillas de la ingeniería, dijo Sandell, pero Being Human se enfoca en las personas que las usaron.

El tema del acceso a personas con discapacidades a museos ha estado recientemente en la agenda informativa en el Reino Unido, después de que Ciara O’Connor, una usuaria de silla de ruedas, fuera a ver una exhibición al Museo Nacional Británico de Arte Moderno (Tate Modern) de la obra de Olafur Eliasson. La muestra interactiva y fácil de compartir mediante Instagram ha atraído a las multitudes.

En ella, O’Connor descubrió que no podría ingresar a una exhibición, un túnel con espejos, porque era necesario subir dos escalones y no contaba con una rampa. Un empleado le dijo a una amiga de O’Connor que era la decisión del curador no tener una y le sugirió que la rodeara por afuera.

O’Connor desahogó su frustración en una serie de 37 mensajes furiosos en Twitter que se volvieron virales.

Estaba “harta de eso”, escribió en una de las publicaciones. “Quiero que las personas sin discapacidades dejen de estar a la defensiva y se enojen cuando les solicitamos lo mínimo”, agregó en otro mensaje. “La accesibilidad no es fea ni escabrosa ni distractora. La accesibilidad pertenece al arte y a todos lados”.

Tate posteriormente se disculpó con O’Connor. Una vocera de Eliasson dijo en un correo electrónico que él no estaba disponible para comentar al respecto debido a que estaba en Islandia documentando glaciares.

Hace unos meses, en Mánchester, Inglaterra, hubo un furor alrededor de un monumento público para recordar el doscientos aniversario de la Masacre de Peterloo, un evento de gran importancia en la historia laboral del Reino Unido en el que soldados a caballo cabalgaron hacia una protesta de trabajadores y mataron a dieciocho personas.

El monumento conmemorativo de 1,2 millones de dólares, diseñado por el artista Jeremy Deller, es una serie de once discos apilados que forman peldaños que el artista tenía la intención que el público escalara, para que pudieran pronunciar discursos desde la cima. Sin embargo, muchas personas con discapacidades no serían capaces de subir a través de las escaleras del monumento.

“No puedes tener un monumento conmemorativo para las personas que murieron por la democracia, si las personas con discapacidad no tienen acceso”, dijo Morag Rose, una activista a favor de las personas con discapacidad, a las autoridades civiles de Mánchester, de acuerdo con la BBC. Un portavoz del Concejo de la Ciudad de Mánchester dijo en un correo electrónico que habían solicitado al arquitecto del monumento que diseñara una rampa o ascensor para la estructura.

Tony Heaton, un escultor y usuario de silla de ruedas, dijo en una entrevista telefónica el 5 de septiembre que surgen problemas cuando los museos no consultan apropiadamente a personas con discapacidad. Él ha visto diseños inaccesibles en todo el continente europeo, dijo, incluso en museos recientemente renovados como el Museo Picasso en París, Francia.

“Si no tienes personas que experimentan estos asuntos en una organización, se cometerán errores”, agregó.

La Wellcome Collection, que es financiada por Wellcome Trust, una de las organizaciones de beneficencia más ricas del mundo, hizo su mejor esfuerzo para conectar con las personas con discapacidad al diseñar Being Human, dijo Barlow, la curadora. El museo consultó extensivamente con personas con discapacidad, pero también con personas con autismo y padecimientos de salud mental, mientras diseñaba la exhibición. Ellos los asesoraron en temas como la forma en que las etiquetas de los exhibidores eran escritas y la altura a la que las fotos eran colgadas en los muros.

Credit Wellcome Collection; Steven Pocock.

 

La principal meta de la exhibición es hacer que las personas piensen sobre las “grandes preguntas filosóficas en ciencia y medicina hoy, dijo, desde modificación genética hasta cambio climático. Estos pueden ser temas delicados, agregó, así que el museo no quería que el espacio en sí mismo fuera desafiante.

Sandell dijo que esperaba que otros museos siguieran el ejemplo de Wellcome Collection, especialmente al tratar de mostrar objetos que hablan a las vidas de las personas con discapacidades. “Si vieras en la mayoría de los museos, pensarías que las personas con discapacidades no existen, pero son la minoría más grande del mundo”, dijo. “Puedo garantizar que cada museo tiene material en sus bodegas que puede hablar sobre la historia de las personas con discapacidades”.

El 3 de septiembre en Being Human, Lady-Marie Dawson-Malcolm, una usuaria de silla de ruedas, miró alrededor antes de que el espacio fuera abierto al público. Ella había estado involucrada en la prueba de algunos de los exhibidores para asegurarse de que estuvieran a la altura y profundidad adecuadas para las sillas de ruedas, dijo, y parecía complacida con los resultados.

“Lo que necesitamos es facilidad de acceso”, dijo. “No quieres llegar, mirar un exhibidor que es demasiado alto y decir: ‘No es para mí’”.

No obstante, cuando le preguntaron sobre su parte favorita de la exhibición, su respuesta no tuvo nada que ver con el diseño de la muestra. Fue el kit de trasplante fecal, mencionó.

“¡Heces pueden ser ingeridas para curar problemas!”, dijo. “Eso no lo sabía”.

 

Alex Marshall es un reportero de cultura europea, que vive en Londres. @alexmarshall81

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