Autorretrato con mi hijo durante los primeros rayos de sol de la mañana. Esta es la primera fotografía que hice desde que empezó la cuarentena. Credit...Tamara Merino

SANTIAGO, Chile — Hace treinta años yacía yo en el pecho de mi madre en un eterno vaivén envuelta entre sus brazos. Hoy, después de tres décadas, he vuelto al vientre materno. La vida nos ha regalado una pausa sin prisa, sin presión y sin excusas. Son 55 los días que llevamos encerradas en un espacio confinado. Hoy el mundo está parado y en esta casa estamos mi madre, mi hijo Ikal y yo: tres generaciones en un mismo sitio.

Siento que la cuarentena es un poco como la maternidad: miles de emociones de soledad, aislamiento, preguntas sin respuestas, ansiedad, reflexiones, ilusiones. Estas emociones no tienen un matiz ni negativo ni positivo… simplemente son nuevas.

Pero ahora estoy acompañada de mi madre. Juntas hacemos el ejercicio cotidiano de acompañarnos, guiarnos y cuidarnos. Retratar mi maternidad durante este periodo de tiempo sin tiempo, me ha llevado también a sanar a mi madre. Es un círculo sin fin: ella es el comienzo de mi propia maternidad. Estamos compartiendo unas experiencias que jamás habríamos vivido juntas.

Al inicio, la consigna era que no nos podíamos tocar, pero nos podíamos sentir. Pero a los catorce días de encierro y aislamiento social dejé que mi madre abrazara con fuerza y se duchara con mi hijo.

 

En nuestro mundo de tres hay días buenos y días que no lo son. Hay momentos en que me inunda la ansiedad, la incertidumbre y la desesperación. Hay momentos en que sueño despierta con mundos extraños y, cuando llega la noche, no puedo conciliar el sueño. Y a veces me sumerjo en un mundo de historias fantásticas como las que le cuento a mi hijo. Me quedo ahí por unos momentos disfrutando de una realidad paralela, como una especie de refugio para mi mente loca.

Credit…Tamara Merino

La primera vez que salimos de la casa fue el día treinta de nuestro aislamiento total. Toda la preparación para salir fue tan absurda que en un momento casi desisto de respirar aire fresco y sentir el sol sobre la piel. Pero unos minutos después ahí estábamos, las tres generaciones entre los árboles, con un cielo nublado y aire frío por la llegada del otoño. Hoy somos nosotros los que tenemos que habitar el mundo de una manera diferente.

Tamara Merino (@tamaramerino_photography) es fotógrafa documental independiente y narradora visual enfocada en temas socio-culturales, identidad y género.

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