INTRODUCCIÓN

La intención original de este artículo era determinar las razones que impiden considerar a este film legendario como lo que en la estética de la narrativa se denomina “cine clásico”, a pesar de comúnmente las personas entienden como tal, esto es, películas independientes de cuándo se filmaron, debido a su calidad y los temas o valores que abordaron están siempre vigentes. Sin embargo en este intento fuimos más allá y, sin cambiar fundamentalmente de objetivo, nuestro estudio nos llevó a descubrir por qué una leyenda escandinava que mezcla temas de culpas y venganzas, tratada en lo cinematográfico se convierte en obra de arte.

Aclaremos entonces de comienzo, que desde la perspectiva de la narrativa cinematográfica, para considerarla de estética clásica, debe obedecer a lo venido de la tradición aristotélica y adaptado por el cine norteamericano desde que la cinematografía se convierte en industria:  “persona desea obtener algo, lucha arduamente para conseguirlo contra personas o elementos que se lo impiden debiendo enfrentarse a un conflicto, y lo consigue o no lo consigue”.  Nada tiene que ver entonces de cuándo la película se filmó, o su calidad, o los temas y valores que abordaron.

Desde la estética de la narrativa, un film se considera clásico si respeta y se ajusta a ciertos principios que analizaremos, aclarando desde ya que una película que se ajusta a ellos no la hace necesariamente buena, y las que no se ajustan no las hace necesariamente malas. Es la razón por la que según Mackee, “el guionista debiera aplicar estos principios como él quisiera, siempre que logre que la historia finalmente «funcione»’.

En el caso de La fuente de la doncella, estamos frente a un film reconocidamente bueno. No nos interesa por lo tanto analizar su calidad, ni tenemos la intención de juzgar si fue bien hecho o mal hecho, sino cómo fue hecho, haciendo notar que nos costaría no hablar bien respecto a su calidad, considerando que se trata de un reconocido logro de la lúcida escritora Ulla Isaksson, autora  del guion llevado además al acetato por Ingmar Bergman, nada menos.

DESARROLLO

Para responder a la interrogante planteada en la introducción, tenemos que decir, adelantando, que en esta película no es posible visualizar de manera sencilla aquello que venido de la tradición aristotélica: “persona desea obtener algo, lucha arduamente para conseguirlo, y lo consigue o no lo consigue”, adoptado por el cine norteamericano y aceptado por la mayor parte del cine mundial. Adelantando también, ante la ambigüedad de propósitos que como veremos, presentan los personajes, costaría definir quién es el protagonista que necesita conseguir es “algo” y que llevará adelante la acción tratando de obtenerlo. Tampoco quién o quiénes serán los antagonistas que se opondrán de manera tenaz a que este protagonista que no se ve, consiga lo que se ha propuesto, sin que se pueda determinar tampoco qué es lo que ese protagonista se ha propuesto. Aclarando que estas ambigüedades están lejos de ser errores. Desde nuestro punto de vista, se trata de trasgresiones geniales conseguidas de modo exprofeso, que gracias a la maestría de la guionista, se logra con ellas armonía y magia y también suspenso, consiguiendo con esto mantener la atención en todo instante del público.

Tras estos primeros párrafos ya podríamos responder que no estamos ante una obra que podría ser enmarcada en el diseño clásico. Pero si profundizamos, descubriremos otras muchas trasgresiones a estos principios que demostrarán aún con mayor fuerza lo aseverado y nos ayudarán a descubrir cómo se hizo el film y porqué de su calidad.

Mackee, define que una obra en el diseño clásico debe ser construida alrededor de un protagonista activo que: 1° –  lucha contra fuerzas externas antagonistas en la persecución de su deseo, 2° – lo hace a través de un tiempo continuo, 3° – lo hace dentro de una realidad ficticia coherente   4° – causalmente relacionada y 5° – hasta un final cerrado de cambio absoluto.

Según esta definición, sólo 3 principios cumplirían para calificar al film en el diseño clásico. Ellos son, “lo hace a través de un tiempo continuo”, “estar dentro de una realidad ficticia coherente” y “con un final cerrado de cambio absoluto”. En efecto, la realidad ficticia que el film nos presenta, a pesar de su atmósfera medieval desprovista del boato que generalmente derrochan las películas filmadas en esta atmósfera, y de situarnos además en escenas con actos y ritos, cuando no paganos al menos obsoletos, nos resulta profundamente verosímil. Lo mismo ocurre con los conceptos morales a que adscriben los personajes que, a pesar de ser estos tan distintos a los nuestros, nos resultan también coherentes e insistimos, verosímiles. Nos resulta incluso coherente el castigo social, impuesto a la hija nacida bastarda[1], algo que hoy difícilmente acontecería. Adelantamos que esa hija producto de una relación “ilegal”, es un personaje que jugará en el film un papel de real significancia.

Respecto a los otros principios, ellos se presentan de manera bastante ambigua o no se presentan. Revisemos: un protagonista activo que lucha contra fuerzas externas antagonistas en la persecución de su deseo. Al comienzo del film, se tiene la impresión de que la protagonista podría ser la doncella –la película está dedicada completamente a ella-, no obstante ella morirá poco más allá de la mitad del film, por lo tanto si estaba cumpliendo el papel de llevar adelante con su lucha la acción, ya no podrá seguir haciéndolo. Aunque por su importancia en la historia, estará muy presente en las motivaciones del resto de los personajes.

Nótese que el papel de esta posible protagonista, independiente de que el tiempo en que permanecerá en escena no resulte suficiente, no se aprecia para ella un deseo importante a lograr, no se puede por lo tanto ver en ella un ímpetu por conseguir algo de importancia cuando ese algo no existe. Ella es una hermosa muchacha que goza del amor y el cariño de su sus padres, siendo su reciprocidad desigual, cargada hacia el padre, lo que redunda en una suerte de conflicto pero que no se desarrolla y a ella no la afecta, como tampoco afecta al padre. Afecta sí a la madre pero no de manera importante, sólo la lleva a ser más afectuosa con la niña en una suerte de competencia con el padre para ganar más cariño de la niña, pero nada más. En otras palabras, es un personaje que no está en crisis. De hecho lo tiene todo y comparte lo que tiene con los desposeídos, no hay mezquindad tampoco entonces en ella, aspecto que como se verá, llegará a jugarle en contra. La doncella es bondadosa incluso también con su hermana bastarda, que dicho de paso, espera un hijo producto de una violación, será entonces este hijo suyo también un bastardo. En resumen, se trata de una niña buena y candorosa, que nada hay, repetimos, que esté buscando ni que desee conseguir como es lo esperable en lo aristotélico.

Hay sin embargo algo interesante en ella que ahí estará, pero que su inocencia no le permitirá notarlo: su hermana la odia. La bastarda está para los servicios menores, sus ropas están raídas, no come sino hasta que la matriarca le convida, y es despreciada por el resto de la familia, aunque tratada con piedad por la doncella. En realidad esa hermana nacida fuera de un matrimonio, siente odio no sólo por la doncella, sino por toda la familia. A la doncella además la envidia con fuerza, mostrando con esto un conflicto que sí podría responder a lo aristotélico: hermana bastarda desea que su hermana sea violada y conciba un hijo bastardo para que sienta el desprecio que ella ha sentido durante toda su vida. Y si bien ella no aparecerá en el film haciendo algo específico para que esto ocurra, es claro que es algo que fervientemente desea, y si se presentara esa ocasión y ella por ser mujer no podría actuar directamente, al menos facilitaría la acción no oponiéndose a que otros lo hicieran. Y es así como sucede, aunque el resultado que obtiene no es el verdaderamente esperado: la doncella es violada pero además muere asesinada y no llegará a tener ese hijo bastardo. Por otra parte, la hija nacida de una relación no legal que la odia y que mientras se cumple su deseo de que la doncella sea violada, siente remordimientos. La hermana bastarda es sin duda el personaje más trágico del guion, y su papel aplica bastante al diseño clásico y a lo aristotélico.

Tras el temprano desaparecimiento de la supuesta protagonista, la doncella, quien podría llevar adelante la acción es el padre, el Rey, pero más allá de la grandeza espiritual con que se presenta al comienzo, ha permanecido desde entonces ausente y sólo hasta muy tarde tomará un rol protagónico de cierto estilo aristotélico. Esto es, deseará con fuerza una venganza, planificará el modo de realizarla y lo hará venciendo principalmente obstáculos de orden moral, y logrará su venganza. Se trata en todo caso de una situación breve que no aplica para entender que él haya llevado adelante la acción del film. Es además una situación ya cercana al final de la obra..

Respecto a causalmente relacionada, este principio está lejos de cumplirse. En la fuente de la doncella es la casualidad la que manda. No hay una causa que haya hecho que la doncella se haya separado de su hermana camino de la iglesia, quedando expuesta a los peligros que implica ir sola por un camino no concurrido, siendo como era ella, hermosa e inocente y además bondadosa, por lo tanto si ello sucedió fue por casualidad.

Se podría pensar que la hermana bastarda habría querido dejarla sola esperando que se produjera un hecho como el que finalmente se produjo: la violación, y esto pudo ser cierto, pero si se recuerda que la doncella solía hacer sola ese recorrido rumbo a la iglesia, es porque el tal recorrido era conocido y no tan peligroso. Además, si esa hermana envidiosa iba con ella, fue porque la propia doncella le pidió acompañarla. Por lo tanto la posibilidad de la causalidad no se sostiene. Es también una casualidad que después de cometido el asesinato, los pastores fueran a buscar refugio a la propia casa de su víctima, y que además, para suerte de ellos no estuviera presente a su llegada la hija bastarda que podría haberlos advertido para que escaparan, o delatado para que los castigaran.

Como una trasgresión más, hacemos notar que tras el desenlace de este film, continúa un extendido y mágico final que lo hace diferente a la mayoría de las películas donde el final suele coincidir con desenlace o estar muy cercanos. En el caso de esta película donde el final tras el desenlace, es tan importante que sin él no se justificaría el nombre del film: “aguas cristalinas fluyen al levantar a la doncella del pedazo de tierra donde sus asesinos la abandonan”.

CONCLUSIONES

Tras este análisis queda muy claro que este innovador film, en cuanto a la estética de la narrativa, está lejos de responder a los principios del cine clásico. Por lo tanto, dado a sus ambigüedades y casualidades, aunque no contiene trasgresiones a la cuarta pared o recursos de este tipo, corresponde claramente a lo que se ha venido en llamar cine moderno o cine de autor. No obstante el cine moderno o de autor a pesar sus ambigüedades y casualidades, se nutre también de lo aristotélico en la medida que cuenta la historia de un conflicto; por lo tanto, aunque soterrado, debe tener fuerzas en pugna con un protagonista en lucha contra sus antagonistas, situación que aquí también se da, de manera ambigua y soterrada, pero se da. Ese protagonista es la hermana bastarda que como adelantáramos,  desea que la hija favorita del matrimonio tenga un hijo bastardo y sienta la presión social que significa esa condición que ella ha sufrido desde el nacimiento, y aunque no hace mucho por lograrlo, debido a circunstancias casuales es un deseo que le resulta, aunque solo en parte. Si los pastores no hubieran asesinado a la doncella, el logro habría sido completo.

¿La protagonista verdadera resulta ser entonces la villana? ¿Se trata de un capricho más de la guionista?,¿ una genialidad más?

Desde nuestro punto de vista la respuesta es positiva. Una villana que odia pero que al final confiesa, pide perdón, y logra emocionar con su arrepentimiento es la verdadera protagonista. Una genialidad que, junto al prolongado final tras la trama concluida, donde ya nadie hace planes ni emprende acciones para conseguir nada que no sea consuelo, tal vez sean lo que dieron a este film la estatura de obra de arte.

 Santiago, julio 2020.

Martín Faunes Amigo (Santiago / La Serena, 1949), docente, psicólogo social, escritor, guionista. Ha publicado unos 15 volúmenes entre libros de cuentos, guiones, novelas, y antologías que a ha compilado. Figura además en varias antologías chilenas como las de Alfaguara, Etnika, Mosquito, Simplemente Editores, Letras de Chil y LOM y también extranjeras como  las de Monte Ávila y Pedrada Zurda de Ecuador. Ha sido traducido al inglés en «Basta! Más de 100 hombres contra la violencia de género», (Editorial Asterión), y al italiano en «Compañero Presidente» (Feltrinelli Milán), antología distribuida en Europa junto al DVD del film «La memoria obstinada» de Patricio Guzmán. Su cuento «El hombre del abrigo amarillento y la mujer que lo amaba» aparece en ruso en la antología «Silencio y tiempo», Antología del Cuento Chileno (Instituto de Lenguas Extranjeras de Moscú). Faunes dirige la «Corporación La Serena Dieciséis de octubre», galardonada con el «Premio Nacional de Derechos Humanos 2015», además, entre otros reconocimientos, fue distinguido con el Premio Municipal de Santiago, Gabriela Mistral, 2019, por su guion de cine «Extrañas criaturas en el tren».

[1] Se hace notar que el autor de este ensayo aborrece la palabra “bastarda” por la carga social negativa que ella representa, y si la ocupa en algunos pasajes es porque es la ocupada en el film.

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