La Dramática Nacional está en constante creación y reinvención. “Se trata de crear una compañía de repertorio, como los antiguos teatros universitarios”. Es por eso que se está trabajando para poder girar con la trilogía por más lugares del país y a futuro internacionalmente. Es un trabajo costoso y cuyo sustento básico es el amor al trabajo y el profundo respeto a la causa social que cada uno de los casi 40 miembros, comparten como premisa de labor creativa.
Por el momento la única forma de financiamiento son los fondos concursables dado que montajes de estas características resultan complejos de realizar de otra manera.
Paralelamente estamos a la espera de los resultados de Fondart para poner en escena a una dramaturga que ha sido comparada muchas veces con Acevedo, por sus temáticas sociales, se trata de María Asunción Requena, mujer chileno-argentina cuya vida se centra en el sur de Chile (Punta Arenas) y que pone en discusión la urgente descentralización dada la evidente carencia de preocupación por la vida en regiones. Requena fue una de las dramaturgas icónicas de la generación del 50’ compartiendo el lugar con Isidora Aguirre, entre las pocas mujeres que destacaron en la época.
El texto que esperamos montar genera una profunda reflexión sobre la ansiedad territorial que tiene el país en la época del presidente Manuel Bulnes. Aproximadamente a mediados del siglo diecinueve hay una fiebre por poseer el estrecho de Magallanes. Ese momento histórico es traspasado al guión con maestría por la autora, instalando los poderes del estado a través de personajes como: el gobernador, el religioso y los militares. Además evoca el conflicto de tierras que se da con la aparición del pueblo indígena Tehuelche.
La Goleta de Guerra Ancud es, entonces, una especie de “arca de Noé”, cuya tripulación es nuevamente nuestro protagonista: el pueblo.
El 2019 para La Dramática Nacional, pretende ser un año de creación y puesta en escena donde participará el equipo completo de todas las disciplinas que conforman este proyecto. Asimismo no se restará el énfasis que la compañía tiene de continuar movilizando la Trilogía Proletaria por diversos rincones del país generando encuentros con estudiantes y público general y creando vínculos con epicentros culturales a lo largo del territorio.
“La diversidad de los miembros de la compañía, tanto en edad, como en especialidades e incluso en formación y disciplinas, permite realizar un trabajo mancomunado y donde el crecimiento es un constante feedback. De grandes actores como Hugo Medina, Agustín Moya o Jorge Rodríguez, aprendemos de su experiencia, son ejemplos empíricos de buen quehacer teatral. Quienes vienen del folclor o de la música nos han entrenado para poder integrar ese lenguaje, como Nicolás Rodríguez (músico compositor y musicólogo) y Paola Lucero (Discípula de Margot Loyola). Somos casi cuarenta, es difícil nombrarlos a todos, pero sin duda, cada uno de los miembros de la compañía se han quedado a aportar desde su vereda una labor respetuosa, altruista y con un profundo sentido humano.”

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