Por casi dos años, el proyecto Mural patrimonial, del artista antofagastino Luis Núñez San Martín (1968), formó parte del paisaje de Barrio Lastarria.

Ubicada en un edificio de calle Rosal, la obra surgió como un homenaje a la historia del sector en el marco del Festival Hecho en Casa 2017.

No obstante, a dos años de su inauguración, la pintura fue removida de manera parcial por la productora del evento. Esto ya que, originalmente, el mural sólo debía estar en el sector seis meses, dado que se emplazó en una zona típica. Finalmente, el periodo se extendió, gracias a una prórroga que otorgó la Municipalidad de Santiago, a casi dos años. Pero ese plazo ya venció.

Aun así, los vecinos señalan que el mural pasó a formar parte de la identidad del lugar, por lo que se oponen a su remoción.

“El edificio no es Monumento Nacional y, desde el Consejo de Monumentos Nacionales, van por la norma. Pero nosotros hicimos reuniones y casi todos están a favor”, señala uno de los vecinos que ha iniciado una campaña para mantener la pieza de 300 metros cuadrados.

Desde Antofagasta, en tanto, el artista, que ha plasmado su obra en un sinnúmero de edificios de la zona norte, afirma que la situación es compleja y que, más allá de los compromisos, la remoción debería reevaluarse.

¿Con qué sensación te quedas luego de que comenzara la remoción del mural? 

Me sorprendió, aun cuando sabía que esto podía venir. De alguna forma, tenía guardado ese granito de esperanza respecto de que los vecinos pudieran haber ganado la batalla y haber mantenido este mural.

¿Por qué crees que la gente se identificó tanto con el mural? 

Eso es lo más relevante de todo esto, porque la noticia se genera por las redes sociales, por la gente, por el ciudadano que tomó como que le estaban borrando algo propio. Ellos hicieron visible el asunto y, por supuesto, me siento agradecido.

¿Cómo fue la creación del mural?

Nace a raíz de una invitación de la productora del Festival Hecho en Casa. Ahí me mostraron el espacio que había que intervenir y me pidieron que hiciera los respectivos bocetos que iban a ser aprobados por los vecinos y por el Consejo de Monumentos.

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En Antofagasta tu trabajo es ampliamente conocido. Incluso, se ha hablado de un hiperrealismo. ¿Cómo lo definirías?

La pintura que hago de trabajo urbano es una pintura realista y la pintura de taller que es en formato más clásico, esa es una pintura hiperrealista. Pero esto siempre va recogiendo el contexto histórico, porque finalmente uno tiene que llamar a la reflexión. La gente tiene que entrar en diálogo y el arte tiene que provocar algo también. Necesitamos entender nuestro pasado. Casi toda mi obra tiene relación con el desarrollo de la historia, por lo menos, de gran parte de la historia local del norte.

Existe una anécdota donde señalas que tu familia siempre ha estado vinculada a la pintura …

Me relacioné con la pintura desde muy niño. Mi tía era una pintora aficionada y, por lo tanto, me familiaricé muy temprano con lo que eran los materiales. Mi bisabuela también era pintora. Ella desarrolló su trabajo en México y, por ahí, podría venir mi corriente artística. Pero lo veo como una anécdota dentro del camino.

¿Cuándo comienzas a dibujar y a pintar formalmente? 

Me desarrollé, formalmente, hace 25 años cuando vi la necesidad de trabajar, porque el panorama estaba muy complejo. Durante muchos años viví en un hogar de menores y, entonces, mi gran escape era el dibujo. A los 11 años gané un concurso de pintura nacional y desde ahí, siempre he estado ligado, enamorado y casado con la pintura. No tengo una escuela formal de lo que es el arte y, por eso, tengo más libertades para poder hacer realismo, así como el hiperrealismo o como para poder deformar la figura.

¿Cómo te marcó el plantear tu obra desde el norte?

El proceso ha sido siempre difícil, porque nos convertimos en centralista. Queremos llegar a la capital, queremos llegar a Santiago para que nuestro trabajo se vaya desarrollando y dando a conocer. Porque ahí también están quienes pueden potenciar tu obra. Entonces, siempre es difícil poder llegar a la valoración. Afortunadamente, nosotros llegamos a instalar un mural en el corazón de la cultura de Chile.

¿Qué esperarías de las autoridades? ¿Crees que lo que queda del mural se pueda mantener? 

Encuentro que la situación es lamentable, aun cuando sabía y aceptaba lo que iba a pasar. Espero que las autoridades puedan revertir esta situación para, poder lo menos, conservar lo que queda del mural.

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