El cierre del año 2019 estuvo marcado por dos hechos importantes en tu hacer literario. Primero, bajo el sello editorial de Cuarto Propio, lanzó su último libro de cuentos “Voces verdaderas, ambiguas, equivocadas” –en venta en Antártica- y, a reglón seguido, obtuvo el Premio de los Juegos Literarios “Gabriela Mistral” por la obra “Extrañas criaturas en el tren”, en el género guion. ¿Qué significa para usted estas dos luces para iniciar este nuevo año?

-Usted bien lo ha dicho, son luces, buenas luces que a uno lo impulsan y lo fuerzan a perseverar a pesar de todos los obstáculos que surgen en contra de la creación literaria, que como sabemos, no es bienvenida por la élite. En realidad el arte en general, a menos que sea del tipo “light”, no es bienvenido por ésta, pero en el caso de lo literario esto es aún peor porque somos historiadores informales de nuestra contemporaneidad y, aunque no lo queramos, al poner nuestros valores en la mirada a ésta, promovemos el pensamiento crítico, lo que hace que nuestros escritos resulten para la élite peligrosos. Hago notar que ésta es una situación que siempre ha sido así, pero hoy, con una sociedad comandada por economicistas, la situación se acentúa, más aún cuando estos economicistas están a la defensiva porque se sienten fuertemente cuestionados. Poder publicar entonces, y aún ser premiado, resulta enormemente escaso y grato.

¿De qué se trata el guion “Extrañas criaturas en el tren”? ¿Lo escribió para el cine o para la TV? ¿Hay un plan para esta obra?

“Extrañas criaturas en el tren”, para el cual aún no hay un plan, es un mediometraje de suspenso, es decir lo que hoy llaman “thriller” o cine negro. Fue escrito en base al cuento de Diego Muñoz Valenzuela Vaya si no lo sabré yo. Son cuatro personajes principales, un tira, una presidiara, un usurero y un ejecutor de embargos, que se embarcan en el que puede ser el último tren que viaja a Puerto Montt. Con estas “criaturitas” no pueden pasar sino cosas extrañas, gratas e ingratas. La gracia del guion es que sólo al final se sabrá realmente quiénes son los buenos y quienes los malos, o si todos son malos con algo de buenos o viceversa, en un desenlace que ideé solo a horas de que cerrara el concurso, porque ni yo mismo sabía qué iba a pasar al final. En realidad es así como me gusta escribir, esto es “sin saber qué va a pasar”. Lo que hago es desarrollar un conflicto, donde si supiera de antemano cómo va a resolverse me resultaría aburrido.

Este guión lo escribí para reintroducirme en este género que me apasiona bastante. Digo “re”, porque hará unos cuantos años, con cuatro escritores amigos publicamos un libro con Editorial Cuarto Propio que llamamos “Siete Guiones para cine y televisión: lo duro y hermoso al final del siglo XX”, que patrocinó la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad Católica. Claro, era en plena dictadura, por lo que la situación era aún más restringida que ahora y casi no fue conocido, mucho menos filmado. Después de eso retomé la narrativa que es más lo mío; aunque no tanto: cinéfilo de toda la vida y alumno cimarrero, por las tardes, me ingeniaba para entrar a los cines sin pagar, porque plata no tenía, y más menos a los doce años vi “La gata sobre el tejado caliente”, “Un tranvía llamado deseo”, “Lolita”, “Bella de día”, “Fresas salvajes”, “Il sorpasso” y otras, por lo tanto toda mi narrativa está fuertemente influida por lo cinematográfico, así, en mi caso, mi narrativa y el guion se potencian la una con lo otro.
Así, “Extrañas criaturas en el tren”, que a pesar de tener formato de guion se podría leer como novela corta, fue escrito porque tanto como me ocurre con el cine y la literatura, tuve siempre una fascinación por los trenes, estoy convencido de que en ellos puede pasar de todo. Este guion podría servir muy bien para TV o para cine, podría incluso montarse en un escenario teatral. El teatro también me fascina, Isidora Aguirre, tremenda dramaturga y gran amiga, fue quien revisó mi primer libro de cuentos “Tranvía equivocado”, un libro donde también hay trenes y suspenso.
El lanzamiento del libro «Voces verdaderas, ambiguas,equivocadas».

El lanzamiento de su libro de cuentos “Voces verdaderas, ambiguas, equivocadas” estuvo marcado por lo que está sucediendo en el país con la revuelta social. Así se lo han hecho ver quienes han leído sus textos, a pesar que sus relatos suceden muchos años atrás, en su juventud. ¿A qué se debe esta conexión de sus relatos?

-Es una buena pregunta y su respuesta es simple. Dije que los escritores somos historiadores informales de la contemporaneidad, afirmación que extiendo a todas las disciplinas artísticas. Digo entonces, parafraseando a los grafiteros “no son treinta pesos, sino treinta años”, pero sostengo que se debiera ir más lejos porque son más.  Estamos soportando situaciones que nos vienen desde la dictadura, y que no poseen una gran diferencia con las actuales. La represión desatada por Piñera tras el 18 de octubre, donde él declaró que estábamos en guerra, no se diferencia mayormente a la desatada el 2 y 3 de julio de 1986 por Onofre Jarpa, ministro del Interior del dictador Pinochet. Además,  el abuso de la élite tradicional más la nueva élite formada durante la dictadura, no se detuvo en los gobiernos que la sucedieron, sino continuó igual o peor: una clase política que se acomodó en los sillones heredados de Pinochet. Entonces, lo que yo escriba de antes, donde me es difícil abstraerme de lo social, no sólo tendrá una conexión con la actualidad, sino será siempre actual porque nada ha cambiado mayormente. Si hay un cambio más verdadero es el que hoy se avizora con un pueblo en alza que podría torcer este estado de cosas. Además, el haber trabajado en la resistencia y tener la capacidad de escribir me compromete. Nunca dejaré de escribir sobre lo que pasó ni de lo que está pasando, y no dejaré de traer a la memoria a quienes con que estuve y no sobrevivieron.   Hago notar por ello mi trabajo liderando el colectivo “Las historias que podemos contar”, donde se rescató la memoria de los que se opusieron a la dictadura y ésta los hizo desaparecer o los ejecutó, y mi trabajo en el rescate de lugares de represión como la casa de torturas de José Domingo Cañas, las cárceles de la dictadura en La Serena “El Buen Pastor” y “Casa de Piedra”, trabajos que fueron premiados por el Museo de La Memoria, y de los cuales me siento enormemente orgulloso.

¿Los relatos de su último libro son autobiográficos?

-Buena pregunta también. He escrito tanto que si mis relatos fueran autobiográficos, sobre todo considerando la dosis erótica que casi siempre contienen, yo tendría que ser John Wayne, Sean Penn o Vitorio Gassman, aun así me faltarían vivencias. Si bien en muchos casos hay una  cierta base en la realidad, esa base es mínima. “Describe a tu aldea y serás universal”, decía Tolstoi, pero esa aldea no debe ser necesariamente personal.  Por otra parte nunca he creído que la realidad pueda superar a la ficción. Eso es algo que puede darse, lo reconozco, pero de manera escasa, cito por ejemplo a “El otoño del patriarca”, donde el general vende el mar. En Chile donde no sólo se ha vendido el mar y las aguas, la realidad sí supera la ficción.

¿Dónde podemos encontrar su libro, en qué librerías? 

-En la propia Editorial Cuarto Propio y sus puntos de venta, como Antártica, por ejemplo.

https://www.cuartopropio.com/libro/voces-ambiguas-equivocadas-anonimas/

https://www.cuartopropio.com/puntos-de-venta/

https://www.antartica.cl/antartica/servlet/LibroServletaction=fichaLibro&id_libro=242377

El autor con los presentadores del libro.

1 Comentario

  1. Martín Faunes Amigo, cuánto honor le haces al apellido materno por tu condición de ser siempre el «amigo», compañero y ahora destacado escritor, que al pasar más de 50 años de haber compartido en tiempos de universidad , la vida se ha encargado de reencontrarnos para compartir nuestras vivencias e ideologías.¡FELICITQCIONES! y un abrazo por tus éxitos.

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