El disco Seis de Mon Laferte explora estilos regionales clásicos mexicanos. Meses después de lanzarlo, la cantautora presentó 1940 Carmen, con ritmos de folk-pop del sur de California.Credit...Gabriela Bhaskar/The New York Times

La cantautora chilena Mon Laferte dispone de una voz para cada pasión. Es capaz de abordar lo personal y lo político, arrullar una balada romántica o encabezar un ataque de rock duro. Su voz logra provocar, morder, susurrar, canturrear, rechinar o alzarse como el alarido de una banshee. Puede ir directo al corazón y lo hace.

En América Latina, Laferte, de 38 años, ha construído una carrera que comenzó en 2003 con covers de canciones pop, se mudó al rock duro y desde entonces ha abarcado el rockabilly, la salsa, el bolero, la ranchera y la psicodelia solo para empezar. A menudo actúa con vestidos formales de estilo vintage con una flor en el cabello mientras sus hombros desnudos dejan ver sus tatuajes.

“Cada persona es un universo”, dijo Laferte en una videollamada a través de un intérprete. “Me encanta hacer todas estas voces distintas porque representa todas mis personalidades: cuando estoy frágil, cuando estoy más fuerte, cuando estoy divertida, cuando estoy molesta. Y eso es lo que quiero hacer. Eso es lo que es el arte. Quiero transmitir todas esas sensaciones y que la gente las sienta tanto como yo. Y quiero que se les erice la piel cuando escuchan mis canciones”.

Laferte — nombre completo: Norma Monserrat Laferte Bustamante— se mantuvo productiva toda la pandemia. Este año ha lanzado dos álbumes muy distintos y ahora está de gira por norteamérica. El jueves actuará en los Premios Grammy Latinos, en donde ha sido nominada en cuatro categorías, entre ellas Canción del año y Mejor álbum de cantante-compositor.

Grabó Seis en 2020 cuando la cuarentena empezaba en México. El disco, lanzado en abril, escudriña los estilos regionales mexicanos clásicos —norteño, banda, mariachi— acompañada en gran parte por instrumentos acústicos. Y el 29 de octubre Laferte lanzó el muy particular 1940 Carmen, bautizado así por el Airbnb de Los Ángeles donde lo grabó. El nuevo disco abraza el folk-pop del sur de California e incluye sus primeras canciones en inglés.

Credit…Gabriela Bhaskar/The New York Times

Metallica invitó a Laferte a contribuir a The Metallica Blacklist, un álbum benéfico con remakes de las canciones de la banda de metal para el 30 aniversario de Metallica, ampliamente conocido como el Álbum Negro. Su versión en español de “Nothing Else Matters”, la primera canción que aprendió con la guitarra que le dieron cuando tenía 9 años, convierte el tema en un vals de sabor andino con instrumentos tradicionales chilenos.

En 2020, Laferte, que ha vivido en México más de una década, se había mudado a Tepoztlán, un pueblo cerca de la capital donde Chavela Vargas, una de las más queridas cantantes de rancheras del país, pasó sus últimos años. Durante la cuarentena, un documental sobre Vargas se apoderó de la imaginación de Laferte, así que montó un estudio en su casa, y luego añadió arreglos de orquesta y de banda de vientos a través de sesiones a distancia. El guitarrista Sebastián Aracena, que integra la banda de giras de Laferte, coprodujo Seis y también toca en 1940 Carmen, que Laferte produjo.

“Con Seis fue en marzo y abril del año pasado”, dijo Aracena en una videollamada. “No sabíamos qué iba a pasar. No había vacuna, nada. Mon me dijo. ‘¿Puedes venir a la casa una semana y quedarte y ver qué podemos hacer’? Y me quedé cuatro meses. Fue todo muy natural. Es muy fácil porque sabe lo que quiere”.

En Seis, Laferte se remonta al drama volátil de las actuaciones de Vargas con canciones propias sobre el poder, el deseo, el dolor y la perseverancia de las mujeres, tanto en las relaciones como en las luchas más amplias. “Se va la vida” trata sobre mujeres presas en Chile, y en “La democracia”, Laferte gruñe: “¿Pa dónde fue? ¿Quién se la robó?”.

Aracena dijo: “Su conciencia social hace que ella sea especial. Es inteligente al mirar a la sociedad y al comprender la emoción sociocultural, y sus letras de verdad te enseñan a sentir la emoción de la gente”.

Laferte ha sido franca durante mucho tiempo. En los Grammy Latinos de 2019, cuando ganó el premio al mejor álbum alternativo por su lanzamiento de Norma —un disco magistral que recorre diversas expresiones latinas pero fue grabado en vivo en el estudio en un solo día—, Laferte protestó por las violaciones de derechos humanos en Chile al desnudar su pecho en la alfombra roja para revelar la leyenda: “En Chile, torturan, violan y matan”.

Seis incluye “La Mujer”, un dueto con la estrella del pop mexicana Gloria Trevi que está nominado a un Grammy Latino como Mejor canción pop; ambas la presentarán el jueves durante el programa. Laferte la escribió e interpretó hace años cuando estaba pasando por “una etapa muy deprimente de mi vida”. Pero al final decidió que la letra empalagosa y abatida era “tóxica”. La versión que reescribió con Trevi desdeña al “pobre cobarde” que intentaba controlarla; es sobre “terminar una relación y sobre el instinto de supervivencia”, dijo. “Fue un proceso de sanación. Salió una canción mejor”.

Los temas de 1940 Carmen reflejan un ambiente distinto, más relajado. Mucha de la música recuerda al folk-pop alegre del sur de California y la reverberación de la guitarra del R&B de los años 50. En “Placer Hollywood” la canción trilingüe que abre el disco, Laferte alarga alegremente la palabra “you” (tú) hasta lograr un melisma de 38 notas. En su gira ha estado jugando con el público para ver si logran acompañarla. El primer sencillo del disco, “Algo es mejor”, irradia optimismo y “Niña” es una afectuosa canción de cuna para una bebé no nacida: “Te he esperado tanto/Y te cuidaré”. (Luego de años de intentarlo, se embarazó y espera dar a luz en marzo). Pero otras canciones del disco exorcizan traumas profundos.

La razón principal por la que Laferte fue a Los Ángeles fue para recibir terapia hormonal para embarazarse; el tratamiento con radiación que recibió para un cáncer de tiroides en 2009 también le había dañado los ovarios. Pero los tratamientos hormonales le provocaron cambios de humor masivos. “Un día estaba muy feliz, con emociones positivas, y otro día estaba enojada y depresiva”, dijo. “Me conecté con una parte de mí misma que no conocía en ese momento”.

Para Laferte, escribir letras en inglés no era un crossover sino una forma de protegerse a sí misma. En 1940 Carmen, una de las tres canciones en inglés es “A Crying Diamond,” sobre una adolescente pobre que quiere ser cantante y es explotada sexualmente por un hombre de 40 años. “Seré tu salvador y te convertiré en superestrella”, le dice él a ella. Años más tarde, al perder sus sueños, ella guarda el secreto, canta Laferte, porque “Nadie iba a creerle a una chica de provincia/Que salió en la noche con su vestido brillante y sus zapatos rotos”.

Había intentado componer una canción sobre el tema en español, dijo, pero no podía. “Iba a decir algo que me hace vulnerable”, contó. “Había muchas cosas que quería decir pero me daba vergüenza en mi propio idioma. Me sentí valiente al hacerlo en otro idioma. Puedo tener una conversación simple en inglés, pedir un café, pero no logro ir más profundo. Entonces puedo decir muchas cosas en la canción, pero no tengo que sentirlas porque no está en mi propio idioma”.

Más allá del idioma, la intensidad y el compromiso de Laferte son inconfundibles. “Cada disco es un diario de vida”, dijo. “Escribo de lo que estoy atravesando”.

Jon Pareles ha sido el crítico principal de música pop del Times desde 1988. Es músico, ha tocado en bandas de rock, grupos de jazz y conjuntos clásicos. Estudió música en la Universidad de Yale.

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