A 21 años de su muerte, el compositor y académico Luis Advis es homenajeado en una obra interdisciplinaria que revive su figura a través de la inteligencia artificial. La pieza, dirigida por Marco Espinoza, se presentará en la Sala Antonio Varas los días 2, 3 y 4 de octubre, con una función de estreno gratuita y abierta al público.

“Clase abierta”, dirigida por Marco Espinoza, busca revivir la figura de Luis Advis, esta vez como profesor, a través de una reconstrucción de su voz con Inteligencia Artificial a 21 años de su muerte. El público asistirá a una clase especial que explorará, de manera didáctica y poética, los principios que dan forma a una obra de arte. Cada concepto será ilustrado con una pieza musical interpretada en vivo por integrantes del Grupo Merkén, actrices y actores, transformando la teoría en una experiencia sensorial y emocionante.

La puesta en escena integra coreografías y música, además de actuaciones para mostrar no solo la estructura del arte, sino también las tensiones entre la creación, su contexto y la memoria.

El estreno, programado para el jueves 2 de octubre a las 20:00 horas, tendrá entrada liberada previa inscripción a través de un formulario disponible en las redes sociales del TNCh (@teatronacionalchileno). La función forma parte del Foro de las Artes, un encuentro organizado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile que fomenta la creación artística con actividades gratuitas para la ciudadanía.

Sobre el trabajo desarrollado para capturar la esencia de compositor en esta obra, Espinoza comenta: “Ha sido un trabajo muy gratificante, lleno de descubrimientos. Tratar de ‘rescatar la esencia’ de Luis Advis es imposible debido a la multiplicidad de áreas en las que era experto. Lo que se hizo fue tomar decisiones y es así donde aparece la diversidad como elemento unificador. Todo esto a la luz de los apuntes académicos inéditos de Lucho que dan vida a una clase abierta de estética, lo que además nos permite valorar no sólo el gran artista que era, sino también el gran académico que fue”, comenta el director Marco Espinoza sobre el proceso creativo.

Así, este espectáculo celebra el pensamiento crítico del artista y su invaluable aporte a la docencia universitaria en la Universidad de Chile.

La impronta musical en el teatro

Decir que Luis Advis (1935-2004) fue uno de los compositores más influyentes de la música chilena y latinoamericana no es una aseveración aleatoria, ya que desde los inicios de su carrera en la música (primero estudió Leyes y luego Filosofía) fue influenciado por grandes exponentes de la música tanto docta como popular. Su maestro fue el compositor Gustavo Becerra y se acercó al trabajo de las cantoras populares luego de conocer a Margot Loyola y Violeta Parra en 1966.

El impacto de estos vínculos fue notorio, pues definió la característica esencial del legado de Advis: un cruce de elementos de la música popular con formas e instrumentos propios de la tradición escrita que le permitieron incluso acuñar el concepto de «cantata popular» que tomarían otros compositores contemporáneos.

Su carrera, además, se desarrolló como académico de diversas universidades donde destacó su cátedra de Estética dictada por más de 20 años en la Universidad de Chile.

Además de música escrita o docta, compuso música religiosa, cine y televisión. De su repertorio «semi-popular», como él definía a sus obras de raíz híbrida. En este contexto su obra más conocida es la ‘Cantata Santa María de Iquique’ (1969), ‘Canto para una semilla’ (1972) y la sinfonía ‘Los tres tiempos de América’ (1987), junto con la cantata ‘Murales Extremeños’ (1993) y la ‘Suite Latinoamericana’ (1994), entre otras obras desconocidas como el ‘Oratorio 1850’ (1974) escrito después del Golpe de Estado de 1973.

Su versatilidad lo llevó incluso a componer para obras teatrales donde destacó por sus composiciones musicales para casi 90 obras. En Teatro Nacional Chileno específicamente desarrolló su trabajo creativo para obras como: ‘Los que van quedando en el camino’ (1969), ‘Chiloé cielos cubiertos’ (1972) donde trabajó a la par con Margot Loyola, ‘La fantástica isla de los casi animales’ (1975) y ‘Chañarcillo’ (2000).

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here