Patricio Silva, presidente de la Junta Directiva de la Universidad Central de Chile, Sergio Campos Ulloa y Santiago González, rector de la UCEN.

GRACIAS UCEN

Hoy vengo aquí a responder una carta que me hizo llegar el Rector Santiago González Larraín.

Para mí es un orgullo representar los valores de quienes dieron origen a la Universidad Central de Chile, que crearon esta casa de estudios superiores inspirados en el laicismo que se identifica plenamente con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El laicismo es el principio de unión de todos los ciudadanos sobre la base de tres conceptos esenciales irrenunciables en una democracia: la libertad de conciencia, la igualdad de trato de todos los ciudadanos, independiente de su raza, sexo, opción espiritual o cultura, que tienen como propósito la búsqueda del bien común como única razón de ser.

Hoy más que nunca hay que pensar en la formación de las nuevas generaciones de muchachas y muchachos que buscan en la educación superior, no solo aprendizaje disciplinar significativo.

Si han elegido a la Universidad Central de Chile, lo han hecho conociendo su carácter. Esta casa de estudios no está concebida como una empresa comercial que busca el lucro a costillas de los padres, apoderados y sostenedores.

Ese es un valor diferenciador en el denominado mercado de la educación superior.
En nuestra gestión del decanato de comunicaciones pusimos especial atención a estos valores y por supuesto el sentido ético de nuestra misión.


Así se profundizó el trabajo académico con la colaboración de profesores como Ignacio Paz Palma en la secretaría de facultad, el director de periodismo José Miguel Infante y la directora de Publicidad Alejandra Riveros Martínez.

El valor agregado siempre necesario y esencial: el trabajo mano a mano con los estudiantes.

Así quedó demostrado en varios libros relativos a las expresiones artísticas y los derechos de la mujer.

El documental LAS DAWSONIANAS, dirigido por el colega Roberto Riveros, con la incorporación activa al trabajo audiovisual, de adolescentes incentivados por aprender, es otra demostración de lo que afirmamos.

Fuimos los primeros en digitalizar la Facultad y expresar los balances de memoria anual en la plataforma digital.

Nos acompaña a nombre de la Mesa de Don Camilo, Leonardo Cáceres. Somos un grupo de periodistas motivados por proyectar sus experiencia en un ambiente de camaradería y fraternidad que nos legó Camilo Henríquez, fundador de la Aurora de Chile.

El libro MI ONCE DE SEPTIEMBRE es testigo de lo que estamos diciendo.

Al momento de agradecer la distinción quiero invocar LA ÉTICA como telón de fondo para hacer universidad.

El respeto por los demás. Profesores, estudiantes, funcionarios.

Justicia a la hora calificar y evaluar…

Responsabilidad frente a los compromisos que asumimos…

Honestidad y honradez, cuestión que hoy se ve como una necesidad urgente en nuestra sociedad.

Llega el momento de evaluar cuan honestos somos. Cuando hoy vemos ciudadanos que predican y no practican los valores que dicen profesar.

La ambición de poder y la obtención de dinero ilícito, obnubila a aquellos que pierden la razón y la sensatez, como hemos visto en varios casos de impacto público que finalmente minan la confianza ciudadana.

La corrupción ha calado hondo en la sociedad chilena y alrededor del mundo.
En los tiempos de la transmodernidad se describe con claridad que ya no existen en tiempos de “los grandes relatos”. Hoy existe “un gran relato” Ya no hay retorno a nuestras antiguas certezas, pero existe una asfixia que pugna por salir de la banalidad.

El marco ético debería inspirarnos con más fuerza, para formar personas autónomas y capaces de integrarse y seguir aprendiendo al nivel de excelencia que exige la academia en un proceso de formación continua.

El desarrollo del pensamiento crítico integral de la realidad humana, nos convoca para desplegar al mismo tiempo, el espíritu solidario. Esa debe ser la esencia de un profesional que aspira a servir a la sociedad.

Los que hemos abrazado la docencia y el periodismo buscamos la conexión comunicacional,- ya sea en el aula o en los mass media-, optimizar la calidad de vida de las personas y al mismo tiempo ampliar y profundizar el respeto a los Derechos Humanos y profundizar la democracia.

Estimados y estimadas presentes

Es el momento de relevar una vez, el espíritu integral que me inspira en mi formación. Los valores que la escuela normal superior José Abelardo Núñez supo impregnar entre quienes a temprana edad, abrazamos la profesión docente.

Agradezco la compañía de los profesores normalistas esta mañana, encabezados por el Presidente de la Federación de Profesores y Profesoras titulados en las Escuela Normales, Fernando Vicencio.

Finalmente agradezco a mi familia. A mi esposa Verónica y mis hijos Lorena, Camilo y Valentina…el apoyo permanente con sus opiniones, sus críticas y sugerencias, para ser mejor personas y un buen profesional.

GRACIAS

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Sergio Campos Ulloa, Premio Nacional de Periodismo

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