“Punto de Encuentro” retrata la íntima relación de trabajo entre Alfredo (48) y Paulina (49), dos amigos y cineastas que, a través del cine de ficción, intentan reconstruir la memoria de sus padres quienes forjaron una profunda amistad hace 45 años, cuando compartieron una celda en Villa Grimaldi. Ambos cineastas eran bebés cuando sus padres se conocieron en ese siniestro lugar, pero esa historia unió a sus familias para siempre, ya que sólo el padre de Paulina sobrevivió… mientras que el de Alfredo está desaparecido.

Los cineastas incluyen a sus familias en el proceso de puesta en escena con los actores. Involucran a Silvia Vera, madre de Alfredo y viuda de su padre desaparecido; y a Lucho Costa, padre de Paulina, quien fue el testigo directo de lo que ocurrió en Villa Grimaldi. A medida que avanzan juntos en el proceso de realización de la película, comprendemos lo que ocurrió en ese horrible lugar y somos testigos de cómo cada uno de ellos afronta esta historia en el presente, tanto consciente como inconscientemente.

Mientras escarban en el pasado para rodar las escenas, Chile despierta con el fuerte movimiento social que el Estado reprime, violando los derechos humanos una vez más. Así, detrás de cámara, se revelan las huellas emocionales de esta historia en cada generación, mostrando el proceso interno de los actores, las secuelas que aún están presentes en los abuelos que sobrevivieron, los miedos de los realizadores y la mirada ingenua de sus pequeños hijos que presencian este ejercicio familiar de memoria que habla de tortura y desaparición.

El cine de ficción es un vehículo que les enfrenta a la reconstrucción de su historia familiar y el cine documental observa este proceso. Es la película dentro de la película. ¿Puede el cine reconstruir la memoria de lo vivido? ¿Puede la ficción materializar a los ausentes? ¿Puede un proceso cinematográfico ser un camino de encuentro y sanación?

“El proceso adquirió niveles transgeneracionales que no imaginábamos”

“La idea de este documental parte con la pulsión de Paulina y Alfredo por contar y tratar de comprender la historia de vida que compartieron sus padres”, destaca el director Roberto Baeza. “El proyecto nace hace 7 años atrás con la idea de hacer una película de ficción sobre esa historia pero, con el correr del tiempo, se convirtió en un híbrido que combina el documental y la ficción para contar no solo la historia de los padres si no también otras historias y emociones que fueron surgiendo. Paulina y Alfredo también comparten el oficio: ambos de una manera u otra están ligados al audiovisual, Alfredo desde la fotografía y Paulina desde la dirección. Además, la integración de los actores que interpretan a los personajes nos da una mirada actual de hechos que ocurrieron en el pasado y de cómo estos acontecimientos repercuten hoy en las nuevas generaciones”.

Paulina Costa, quien también ofició como productora y guionista, agrega: “El proceso adquirió niveles transgeneracionales que no imaginábamos. Esto se manifestó de manera más evidente en el estallido social. La Toma, nuestra productora y escuela de cine queda a pocas cuadras de la Plaza Dignidad, los actores que venían a las pruebas de cámara estaban involucrados y participando en las calles. Nos afectó mucho ese momento, el pasado que tratábamos de reconstruir se volvió presente: los sueños de cambio, las luchas, los riesgos, los atropellos a los derechos humanos. Fue un momento muy complejo; una vez más la realidad supera a la ficción”.

Por su parte, Alfredo García, co-protagonista, productor y guionista del filme, señala: “Desde que entré a estudiar cine supe que tenía que contar la historia de mi padre y que mi fusil sería la cámara. Siempre estuvo la idea de usar la ficción para recuperar una memoria. Espero que el público piense que es una forma distinta de contar un tema tan importante como sociedad, desde lo intergeneracional. Es una película que ayuda a conversar los temas de familia escondidos durante muchos años. Puede servir a las nuevas generaciones”.

UN ESPACIO PARA HABLAR

Para Paulina Costa, el proyecto es una deuda familiar con la memoria. “Nuestros papás se conocieron compartiendo una pequeña celda en Villa Grimaldi, nosotros éramos bebés en ese entonces. Un día sacaron al papá de Alfredo de ese lugar. Se suponía que él salía libre y podría volver a tener contacto con su familia y el mundo exterior. Mi padre no tuvo la misma suerte, lo dejaron encerrado en el centro de tortura junto a otros más. Cuando se despidieron, mi papá le pidió que nos transmitiera un mensaje, pero ese mensaje nunca llegó, ya que desde ese día el papá de Alfredo está desaparecido. Lucho, mi padre, sobrevivió y fue el último en verlo con vida.  Este hecho unió a nuestras familias, trenzando una historia común. A mi me motivaba usar el cine para reconstruir lo que pasó con ellos en Villa Grimaldi, cómo se aferraron el uno al otro haciendo surgir una profunda amistad en medio del horror, cómo articularon diversos recursos de sobrevivencia para intentar sobrellevar lo que les estaba tocando vivir”.

Los responsables de “Punto de encuentro” confían en que en los cines  se transmitirá la misma emoción que se pudo ver en festivales. “Las personas no sólo se conectan con lo que narra y hace sentir la película, si no que muchos se conectan con su propia historia, con sus pendientes”, añade Roberto Baeza. “He recibido muchos comentarios del tipo ”pensé en mi padre”, ”me acordé de una conversación que tuve con mi hijos” o ”jamás he hablado de esto con mis hijos”. La película invita a verse desde afuera, a revisar la propia historia. Más que dar respuestas, hace muchas preguntas que deja abiertas y, desde esa perspectiva, ojalá el público se encuentre con sus propias respuestas”.

“Es una película que explora otra forma de mirar, una nueva perspectiva para resignificar nuestra historia, para construir memoria de manera colectiva”, destaca Paulina. “Este año, en que se cumplen 50 años del Golpe de Estado en Chile, nos debemos un espacio para hablar y esta película puede ser un gatillante para compartir un espacio de encuentro entre las familias que aún no se han sentado honestamente a conversar”.

PREMIOS
MEJOR DIRECCIÓN DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL, Festival Internacional de Cine de Santiago SANFIC, 2022.
MEJOR PELÍCULA DE LA COMPETENCIA DE LARGOMETRAJE NACIONAL, Festival Internacional de Cine AntofaCINE, 2022
PREMIO DEL PÚBLICO y MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADO EN LA COMPETENCIA CHILENA DE LARGOMETRAJES, Festival Internacional de Cine de Viña del Mar FICVIÑA 2022.
MEJOR DOCUMENTAL NACIONAL, Festival Internacional de Cine de Rengo, 2022.
PREMIO DEL PÚBLICO, Festival de Cine Chileno FECICH, 2023.

FECHA DE ESTRENO: 20 abril
CINES: Santiago y regiones.

FICHA TÉCNICA
Género: Documental
Duración: 89 minutos
Director: Roberto Baeza
Productor: Paulina Costa y Alfredo García
Guión: Alfredo García, Paulina Costa y Roberto Baeza
Reparto: Lucho Costa, Silvia Vera, Alfredo García, Paulina Costa, Felix Villar, Pablo Medina, Claudia Navarrete y Cecilia Muñoz
Productora: La Toma Producciones
País de origen: Chile

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