Finlandia, desde hace algunos años encontró la fórmula para obtener buenos resultados en su educación, con un sistema de escuelas muy particular, donde los niños inician la educación formal a los 7 años, tienen jornadas escolares más cortas, vacaciones más largas, muy pocas tareas y no rinden exámenes.

Un modelo que ha demostrado ser un éxito, como lo prueba el estudio internacional PISA, donde deja entrever que el país no deja de innovar en su sistema educativo.

Hace un año, todas las escuelas del país nórdico introdujeron el método conocido como phenomenon learning, mediante el cual las materias tradicionales son desplazadas por proyectos temáticos en los que los alumnos se apropian del proceso de aprendizaje.

Reformas que vienen impuestas por la adaptación a la era digital, en la que los niños ya no dependen de los libros para aprender. Pero tampoco de las aulas, al menos no como las conocemos ahora.

Según lo ratings de evaluación de la educación, Finlandia estaría en el top ten de los países con la educación más prestigiosa del mundo. Aún así, las autoridades locales buscan seguir evolucionando, motivo por el cual decidieron llevar a cabo una verdadera revolución al sistema escolar: eliminar todas las asignaturas.

Ya no habrá clases de física, matemáticas, literatura, historia y geografía. Ahora los alumnos estudiarán eventos y fenómenos desde un formato multidisciplinario. La Segunda Guerra Mundial se estudiará desde la historia, geografía y matemáticas, mientras que en el curso “Trabajo en cafetería”, los alumnos recibirán conocimientos complejos de inglés, economía y distintas habilidades comunicativas.

“Existen escuelas donde enseñan según el método antiguo, lo que funcionaba a principios de los años 1900. Sin embargo, las necesidades ahora han cambiado y debemos crear algo que sea adecuado para el siglo XXI”, dice Marjo Kyllonen, jefa del Departamento de educación de Helsinki, quien explica porque uno de los mejores sistemas del mundo será alterado.

El sistema se aplicará a los estudiantes de los últimos grados, partiendo desde los 16 años. La idea consiste en que el alumno elegirá el tema o fenómeno para estudiar de acuerdo con sus nociones acerca de su utilidad en la vida. Así los adolescentes no tendrán que estudiar cursos completos de matemáticas o biología evitándose preguntas como: “¿Para qué lo estoy estudiando?” o “¿Para qué necesito saberlo?”.

Además se cambiará el tradicional formato “alumno-maestro”. Los alumnos dejarán los pupitres para formar pequeños equipos de trabajo y explicarse los problemas, siendo los profesores parte de estos grupos. Así se fomentará una mayor interacción entre los estudiantes y los profesores y también entre los profesores de distintas disciplinas. Alrededor del 70% de los maestros en Helsinki han tenido la capacitación para saber exponer la información de esta forma y recibirán aumento de sueldo.

El sistema será renovado e implementado por completo para el 2020.

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