La iniciativa fue desarrollada por dos investigadoras mexicanas como parte del programa Centros de Creación, junto a niños, niñas y jóvenes de colegios de Valdivia, y cuyo resultado será presentado en la antigua estación de ferrocarriles, donde Cecrea se instalará definitivamente.

La experiencia congregó durante tres semanas a estudiantes de tres colegios de Valdivia y dos investigadoras mexicanas para la construcción de un artefacto, cuyo funcionamiento se basó en la biorresonancia y su secuencia sonora se inspiró en la cosmovisión instrumental mapuche.

El resultado fue un instrumento compuesto por 15 cultrunes de diverso tamaño, los que, gracias a dispositivos eléctricos previamente programados y activados por la acción del agua, permiten la emisión de sonidos de diversa intensidad y ritmo. En su construcción participaron 50 estudiantes de los colegios San Luis de Alba, Fedor Dostoievski, Master College, Laico y Liceo Armando Robles.

Un lugar icónico, que fue centro neurálgico del desarrollo de esta ciudad, hoy a través de un proyecto maravilloso va a ser recuperado como espacio artístico, cultural y de creación para niños, niñas y jóvenes. Es algo que se pone a la base, a la espina dorsal de lo que debe ser una ciudad que tiene vocación de economía creativa, de rescate cultural, patrimonial e histórico”, señaló el Intendente Regional Ricardo Millán.

Sobre el artefacto fluvial indicó: “Esta instalación pone en valor la cultura mapuche, ligada a la tecnología. Esto es un gran símbolo de cómo con la historia, el pasado y lo actual podemos construir una forma distinta de entender la vida y el desarrollo. Aquí hay un símbolo de lo queremos de Valdivia y de la Región de Los Ríos”.

Sintonía del río fue uno de los cuatro laboratorios que se desarrollaron en el marco de residencias con artistas nacionales e internacionales en los Cecrea de Castro, La Ligua, Vallenar y Valdivia, centros que contarán con infraestructura propia. “Con esta actividad se da inicio a la apropiación de este lugar identitario y patrimonial, donde la lucha de muchas personas por mantenerlo se está haciendo realidad a través de los niños, niñas y jóvenes. Estamos muy contentos de que este espacio se abra a la comunidad y que los vecinos del barrio puedan ver lo maravilloso que puede hacer un proceso creativo”, afirmó por su parte la directora regional de Cultura Lorenna Saldías.

“Realizar esta acción de construcción colectiva, que ubicaremos en la ex estación de trenes, es también una forma de ir apropiándonos simbólica y artísticamente de lo que será la nueva infraestructura de Cecrea. Todas las actividades se han realizado sobre la base del modelo de este programa del Consejo de la Cultura, que pone el acento en los procesos y las experiencias que estimulan un pensamiento divergente y creativo y que en este caso invita a niños, niñas y jóvenes a tomar consciencia sobre la importancia de mantener un equilibrio saludable en el agua”, agregó.

“El método que estamos usando es que los niños vayan generando los contenidos que se van a presentar en el dispositivo final y que participen también en la decisión de cómo presentar esa pieza”, señala Paloma. A lo que Leslie agrega: “Estamos hablando de un instrumento fluvial, cuya reflexión es que el agua es el motor que mueve todo, entonces la pieza va a retomar la idea del agua como energía y cuestiones de sonidos tradicionales de la región”.

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