Proyecto Casco
Descripción del proyecto
Resignificar el casco desde el arte en sus múltiples lecturas es observar la historia que le
acompaña. Desde los albores aparece en los petroglifos, en las guerras santas, las guerras
mundiales (todas). El deporte, el trabajo, los viajes al espacio, etc. Es el ícono que ha caminado con el hombre. Dialogar desde él, como metáfora o revisión crítica es evidenciar como le conferimos el poder del resguardo de la vida, desembocando en un discurso amplio. Reflexivo y dinámico. Los cascos intervenidos han sido rescatados del desierto como desecho, como también de las construcciones dado de baja por vencimiento, los que a través del proceso de la creación,los artistas le han conferido el valor de arte, pieza única e irrepetible.
Este proyecto reúne a más de 40 artistas chilenos, cubanos y españoles, que, desde su propia poética, intervienen el casco como símbolo de conflictos sociopolíticos, históricos, identitarios y ecológicos.
La línea curatorial se concentra en revelar el potencial simbólico del caso para resignificarlo desde el arte en sus múltiples lecturas, relatar y recrear la historia que le acompaña y sus implicaciones simbólicas en la actualidad. Cada pieza se crea conforme a la estética y la operatoria que distingue a cada artista y al contexto al cuál el gesto artístico alude. A pesar de los olvidos, la violencia y las diferencias, anhelamos un espacio de simbolismos y afectos que necesitábamos compartir desde este proyecto, en pos de un futuro másjusto y sostenible. Este ha sido un reencuentro que agradecimos todos, porque conciliamos nuestro deseo de hacer, desde el arte, nuestro aporte a un mundo mejor y emancipado. Como parte de tanta historia y presente que deseamos preservar.
En el mes de junio se realizó una exposición de todo el proyecto en Sala Casa Collahuasi. Ciudad de Iquique.
La propuesta que pretendemos someter a la valoración del equipo curatorial de la XV Bienal de la Habana, se concentra esencialmente en emplazar:
1- video de documentación de las obras;
2- fotografías de obras;
3- Una serie de cascos que podrán ser trasladados por los propios artistas.
Relación de artistas:
1. Alejandra Bendel
2. Angélica Besnier
3. Alejandro Méndez
4. Alicia Larraín
5. Anita Peñaloza
6. Celina Gálvez
7. Constanza Sierralta
8. Dani Orlandi
9. David Corvalán
10. Fernanda Avendaño
11. Fiorella Zoffoli
12. Josemaria Ibáñez
13. Julita Luco
14. Klaudio Vidal
15. Katherine Hrdalo
16. Lucette O’ryan
17. Luis Lopez Cruz (QEPD)
18. Macarena Matte
19. María Elena Etchepare
20. María Eugenia Akel
21. María Gabriela Errázuriz
22. Maria José Gutiérrez
23. Marcelo Vergara
24. Mario Soro
25. Miguel Ángel Huerta
26. Omar Gatica (QPED)
27. Paulo Toledo
28. Ricardo Parra
29. Rocío Cáceres
30. Soledad Neira
31. Yto Aranda
32. Zinnia Ramírez
33. Giancarlo Bertini
34. Isabel Viviani
35. Paulina Beyer
36. Tere Ortúzar
37. Marcia Bravo
38. Alejandra López
39. Pedro G. Ocejo
40. Octavio I. Hernández
41. María José Rojas
42. Nicolás Julio
43. Clara Salina
44. Felipe Drago
45. Alex Quinteros
46. José Luis Lozano
47. Elby Huerta
48. Miguel Rodríguez
Proyecto Casco
soledad@fondoyforma.cl
kareniacintrar@gmail.com
Textos
Acerca del nacimiento del proyecto «casco»
Soledad Neira Monge
Artista visual. Galerista. Proyectos curatoriales.
La modificación gráfica del logo del icónico trabajador pop sesentero, del saco de cemento Polpaico es la incorporación en su imagen del casco. El fornido obrero exhibe radiante su corona que lo dignifica y resguarda.
Surgió notable su presencia como actualización que se ajusta a las normas de seguridad para la obra de la construcción, legislado con posterioridad a los años 2000, quedando el trabajador protegido por ley.
Dicha intervención brota y extiende un infinito cuestionante, plural y diverso. Múltiple, lleno de relatos y memorias.
El casco es inagotable presencia y pensamiento que ha acompañado en la historia desde sus albores.
La cabeza, es centro operacional de mayor preponderancia en la vida del ser del hombre. Abarca la visión, audición, canal para la alimentación. Respiración, la voz. El área de la imaginación, creación, memoria, sueños, conocimientos, etc. Los instrumentos que dotan de recuerdos para una magnífica relación con la vida y su desarrollo a lo largo de ésta.
Por consecuencia estamos blindando un área vital. Barrera protectora a los impactos, al fuego, a las descargas eléctricas, elementos punzantes y otros.
De esta casual observación el casco se convirtió en un gran hallazgo para mi discurso, el que culminaría en un llamado colectivo. Convoqué diversos creadores visuales a proponer estudios y análisis. Explorando contenidos críticos para abordarlo desde diversas índoles.
De esta forma dicho soporte discursivo universal, con alto grado de abstracción, más allá del idioma, raza y época, se consolida como un icono desde las artes plásticas.
Cada pieza sintetiza grandes conflictos, desafíos y aciertos que han enfrentado las sociedades y que acontece ser,…la vida misma.
Casco obrero
Mauricio Tolosa
La luminosa metamorfosis del casco de guerra al casco creador, fue creado por Franz Kafka, en el reino de bohemia en 1912.
Desde entonces, la cáscara protectora de las cabezas comenzó a transitar desde los campos de batalla hacia los rascacielos, los ferrocarriles y yacimientos mineros…
De antagonista de la maza, la espada y la metralla, el casco se transformó en aliado de los obreros y el trabajo humano: esfera insigne de las grandes obras.
Lugar de encuentro
Theodoro Elssaca
Bajo este casco habita la persona que levantó desde la tierra la ciudad y el hogar que habitamos.
Se agitaron las neuronas bajo este caso del ser humano, que llevó el diseño del arquitecto, al espacio por el que nuestra existencia fluye.
Laberinto del cerebro acorazado de la tronadura, que imaginó las galerías donde hoy se expone como obra de arte.
Durmió el recuerdo bajo este caso, la resistencia, la lucha, la esperanza por un mundo mejor, en la construcción del lugar de nuestro encuentro.
Texto curatorial
El polvo y la lágrima
MsC. Karenia Cintra Rodríguez
Curadora y Profesora Universidad de las Artes/La Habana/Cuba
Las prácticas artísticas de este lado del mundo, América Latina, han expresado las problemáticas sociales de diversos modos. Por décadas, la historia, la violencia, los conflictos políticos y migratorios, los derechos laborales, la naturaleza, la defensa del territorio y el agua y la desigualdad socioeconómica, son algunos de los problemas que
abordan los artistas con sus obras creadas desde una perspectiva social y de emancipación.
Estas intersecciones entre arte y problemas sociales son discursos desde la escucha, que entretejen articulaciones o formas de relatos de visibilización colectiva.
El propósito ha sido fraguar la memoria, la identidad y el bienestar de nuestras tierras. En esta línea, múltiples han sido los objetos intervenidos y los gestos realizados.
Este proyecto en particular, construye relatos en torno al casco, a través de la metaforización y el gesto de reconstruir la historia y la memoria.
La idea es aglutinar varios símbolos en una urdimbre de metáforas disímiles, hasta un infinito de significados expandidos en el contexto especifico de las realidades a las cuales aluden. Se han reunido varios artistas, de generaciones distintas, incluso de espacios diferentes (Chile, Cuba, España). Una multiplicidad de miradas y posibilidades discursivas son proyectadas. Cada artista, desde su propia poética, le confiere una dimensión diferente, un gesto único y un relato sumamente significativo.
No obstante, en este proyecto lo importante es coexistir, de forma colectiva, en un afán común: hablar, desde el arte, de nuestra vulnerabilidad y nuestra fuerza. Se propone construir una narración que intenta entender nuestra historia y nuestros conflictos, y emplazar un espacio desde donde se exprese la emancipación, la herida y el grito que trasgrede el silencio y la invisibilización.
Todos fueron convocados bajo el deseo de extraer de un objeto, aparentemente ordinario, todas las metáforas posibles en torno a lo social, lo antropológico, lo cultural, la naturaleza, la vida. El casco es un objeto producido por el hombre que tiene una funcionalidad determinada. A lo largo de tiempo, y de su uso, se ha ido cargando de historias, sucesos, marcas, informaciones, que corresponden además a las realidades en las cuales se han visto insertadas: una fábrica, la guerra, una mina….
Que el título de este texto no condicione a nadie, porque, aunque el casco ha estado presente en la muerte, en lo profundo de las minas y en las obras ingenieriles, en el combate y en el grito desgarrador del obrero, también es corona y trabajo digno, ha sido el artefacto que protege y salva, con el cuál, como dice Theodoro Elssaca se han erigido nuestros hogares y las ciudades. El objeto solo se ha cargado, a lo largo de la historia, con paradójicos significados que se mueven entre vida/muerte, bien/mal, poder/emancipación.
No obstante, nuestras regiones han necesitado hablar, romper el silencio, confrontar la violencia y el subdesarrollo.
Nuestra historia tiene la huella de la barbarie y la colonialidad. La matriz colonial de poder es entonces una estructura compleja de niveles entrelazados: colonialidad del poder que pasa por el control de la economía, de la naturaleza y de los recursos naturales, del género y la sexualidad, de la subjetividad y del conocimiento (Mignolo, 2010:12).
Este proyecto, intenta que el casco sea el vehículo idóneo para este gesto de enunciamiento. Podríamos prefigurar tendencias arqueológicas y sociológicas dentro la lógica de las obras. En ellas, es notable una operatoria artística relacionada con el objet trouvé y del ready made. En algunos artistas los cascos son encontrados, rescatados,
resignificados; en otros, los artistas intervienen de manera mucho más elaborada sobre el objeto. En definitiva esta relación con el objeto es compleja, se carga de poesía y de una extraña magia. Como diría Eco: El objeto tiene una existencia independiente, pero el artista actúa como el que paseando por una playa, descubre una concha o una piedra pulida por el mar, se las lleva a casa y las coloca sobre una mesa, como si fueran objetos de arte que revelan su inesperada belleza. Así se han “elegido” (…) No cabe duda de que en la
base de estas operaciones de selección existe un propósito provocador, pero también existe la convicción de que todos los objetos (incluso el más indigno) presentan aspectos formales a los que raramente prestamos atención. En el momento en que son aislados, encuadrados, ofrecidos a nuestra contemplación, estos objetos se cargan de significado estéticos, como si hubieran sido manipulados por la mano de un autor (Eco, 2006, p.406).
Recordemos que en el objet trouvé el Surrealismo había continuado la tradición anti burguesa y anti artística del dadaísmo donde es más importante la metamorfosis del espíritu, el lance constante que la obra de arte es en sí misma.
En esta consecutividad de cascos hay una suerte de libre albedrío de símbolos y significados. Esto implica un acercamiento a la realidad y a la vida vivencial. En el espacio autonómico del arte, los objetos acarrean su valor de uso y su aspecto material, y a esto se suma la información que contienen y su historia. En los cascos que aparecen en el proyecto se han ido potenciando su carácter metafórico y simbólico. Así, el objeto tiene el compromiso -con su espacio físico- de dejar un signo y sus significados. Nuevos relatos se han ido urdiendo en torno a ellos.
Los hallazgos y los gestos de cada uno de los artistas participantes han construido nociones y propuestas discursivas que nos permiten repensar en el objeto original y su resignificación. Esta metaforización pasa por visibilizar y reflexionar en torno a temas políticos, sociales, culturales, la naturaleza, la salud.
El casco deviene entonces en un objeto híbrido, receptáculo de críticas, memorias, homenajes, historias.
Retomando la idea de García-Canclini, de la hibridez, lo sociológico, lo antropológico y lo cultural se trasmutan en cada pieza.
Nos ha servido para hablar del ser humano y su devenir, en un encuentro con la cultura y la Historia, a veces la más dramática. Ha sido también el espacio para repensar la identidad de este lado del mundo, lo propio, alcanzar la verdad, sucia de hollín, de la oscuridad de la mina y del dolor de la garganta.
Nuestras obras y nuestras palabras son viscerales, como viscerales son las historias detrás de cada casco recuperado o intervenido. Desde la lucha y la reivindicación, tratamos de reconstruir una mirada diferente a nuestro modo de estar en el mundo y de salvaguardar nuestro presente y futuro.
Resurgiendo del polvo y de las lágrimas solo la memoria, el color y la naturaleza nos tienen que necesariamente, salvar.
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Referencias bibliográficas
Eco, Umberto (2006). Historia de la belleza. Barcelona: Editorial Lumen.
Mignolo, Walter D. (2010). Desobediencia epistémica: Retórica de la modernidad lógica de la colonialidad y gramática de la descolonialidad.
Buenos Aires: Ediciones del Signo.
Proyecto Casco
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