Antonio Rojas Gómez (Santiago, 1942) es un escritor y destacado periodista chileno. Ha publicado una decena de libros, entre cuentos y novelas. Podemos mencionar El huésped del invierno (novela, 1962), Sonata para violín y piano (cuentos, 1984), El bebedor de cerveza (cuentos, 1992), El ojo de nadie (novela, 2001), Un millón de dólares (cuentos, 1998), entre otros.

«La mujer del jardinero”, Antonio Rojas Gómez,
Editorial Forja, 2021, 109 páginas.

La mujer del jardinero está basada en un hecho policial sucedido en 1962, época en que el autor se iniciaba en el periodismo y trabajaba de reportero policial en una revista. Acontecimiento que lo afectó a tal extremo de no olvidarlo por varios años y que le dio pie para escribir esta novela. La obra ganó el concurso Pedro de Oña de la Municipalidad de Ñuñoa en 1971 y permaneció inédita hasta la presente edición. Es decir, una obra escrita en plena juventud y que Editorial Forja rescata del olvido.

La narración se centra casi íntegramente en María y José, una pareja que se une sin el consentimiento de los padres e inician una convivencia feliz junto a su primer hijo. Alegría que se rompe con el fallecimiento prematuro del niño y el distanciamiento afectivo de la pareja. Desgracia que deviene en una lenta y progresiva depresión de la mujer. José, en tanto, se transforma en un ser ausente que mitiga su dolor bebiendo con sus amigos. María, que no puede darle otro hijo y teme el abandono de su pareja, concibe la disparatada idea de recuperar el amor de Juan cometiendo un delito inexplicable: robar un niño recién nacido. Para esto finge un embarazo, engañando a José que retorna al hogar ilusionado por tener un nuevo hijo.

La novela se maneja en gran medida mediante diálogos escuetos, pero iluminadores, del estado  subjetivo de la mujer, que se esfuerza por retener al hombre. Sin demostrar sentido de culpa, se propone robar un infante recién nacido y así recuperar el amor de Juan.

El personaje femenino en esta novela es muy convincente y funciona como un elemento mediador en la anécdota, sustentado en la preparación y desarrollo del ilícito, eje revelador que conduce a un desenlace ligeramente ambiguo. La destreza para mantener la atención del lector, está plenamente logrado.

Se ha dicho que la escuela realista analítica trata la realidad desde fuera del sujeto (narrador) para buscar el centro del objeto. Rojas Gómez logra ese distanciamiento necesario para no caer en el narrador omnisciente que actúa como un sabelotodo, muy propio de la narrativa de principio del siglo pasado. Mediante este tipo de escritura logra crear un observador objetivo de una realidad dinámica, obteniendo un convincente escenario expositivo. Esta búsqueda expresiva adquiere una funcionalidad significante que robustece el texto.

El estilo de Antonio Rojas Gómez es pulcro, medido, sin experimentalismo formales ni de lenguaje. El desarrollo narrativo fluye con naturalidad y verosimilitud. El autor fuerza el desenlace a una cierta ambigüedad  en el actuar del personaje femenino, con el fin de obtener una salida ética, induciendo al lector a realizar una doble lectura.

La articulación novelesca se sostiene en María, protagonista en que confluye la historia, indagando en la conciencia de la mujer, en constante proceso de desgaste, de degradación del presente, en contraposición  a la felicidad previa al fallecimiento del primogénito. Un hecho real llevado con maestría a la ficción novelesca.

RAMIRO RIVAS

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