El nombre Kütral —que en mapuzungun significa “fuego”— da origen a una propuesta
musical que nace desde el respeto y la admiración por la cultura mapuche, con la que
Madariaga, como catripache, mantiene un vínculo profundo a través de su vida y creación
en el territorio de Panguipulli.

Desde esa relación sincera y respetuosa, el artista entrelaza el rock contemporáneo con textos en mapudungun e instrumentos ancestrales como el kultrún, la pifilka, la trutruka, el trompe y las kaskawillas, construyendo un diálogo musical que aporta al rescate sonoro y pone en valor la memoria cultural del Wallmapu.

«El fuego representa luz, calor y memoria. No intenté apropiarme de su sentido, sino acercarme con respeto, escucharlo y convertir su energía en música, reconociéndolo comosímbolo de vida”, comenta Madariaga.

El proceso creativo de Kütral se desarrolló en Complemento Estudio, espacio que Claudio
impulsa junto a su hermano Miguel Madariaga, quien estuvo a cargo de la ingeniería de
grabación, mezcla y masterización. A este trabajo se sumó la colaboración de Paola
Ñanculef y Guillermo Jaque, aportando con textos en español y mapuzugun; Camilo
Contreras y la propia Paola, en voces; y Gabriel Villagra, quien apoyó en la traducción al
mapuzugun de algunos pasajes. El arte de carátula fue desarrollado por el ilustrador
valdiviano David Muñoz, en un proceso de un mes y medio en el que logró plasmar la idea
del músico con cada detalle solicitado, generando múltiples propuestas y destacando por su
tremendo profesionalismo. El proyecto se nutrió de la fuerza del territorio y de este cruce
colectivo, buscando tender puentes entre las sonoridades mapuche y los lenguajes
musicales contemporáneos.

Con Kütral, Claudio Madariaga reafirma su camino artístico marcado por la fusión entre música instrumental, raíces del sur y rock, proponiendo una obra que busca abrir diálogos entre culturas, arte y medioambiente desde Panguipulli hacia el mundo.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here