“El premio nacional de literatura fue para Elicura Chihuailaf” – señala Muñoz. “Bien, muy bien otorgado, eso me parece. Doy mi aplauso. Se ha dado (esta es mi visión nada más, no es la verdad) mal unas cuantas veces. Campos Menéndez es uno de los ejemplos más extremos, pero no es el único”.
“Celebro que se haya premiado a un autor mapuche. Y que sea un miembro de la generación del 80. Y que sea un excelente poeta y oralitor, como le gusta decir”.
“Por cierto, había otros candidatos y candidatas con enormes méritos. Tampoco hay dudas acerca de que las mujeres han obtenido -sin razón fundada- muy pocas veces el premio nacional. Pero eso no implica -así lo mostró este fallo- que haya que entregarlo a una mujer para resolver algo así como una deuda histórica”.
“Lo que es preciso hacer es generar condiciones para que los premios nacionales se otorguen en equidad y respetando todas las diversidades, que son muchas”.
“Y que la frecuencia sea mayor, al menos anual, tal como fue creado en su momento por iniciativa de la Sociedad de Escritores de Chile. Quizás podría darse por géneros por ejemplo”.
“La composición del jurado es otro aspecto a considerar: debieran integrarlo personas sobre las que no haya duda de sus competencias para discernir un premio literario. Ser ministro o rector no asegura nada; en otras épocas estas autoridades delegaban en terceros esta función, usualmente en escritores”.
“Agrego la necesidad de eliminar las candidaturas, un proceso que encuentro poco digno. Un jurado bien calificado puede discernir por sí mismo, sin recurrir a carpetas que no aseguran nada per se”.
“Kafka, uno de los enormes escritores del siglo pasado, jamás obtuvo ningún reconocimiento en vida; ni siquiera le publicaron su obra. Los premios son solo eso, premios. A la cultura le conforta que se entreguen en justicia y amplitud sobre la base de los méritos literarios”.
“Vuelvo al inicio, el premio nacional de literatura ha sido otorgado a un gran poeta mapuche, Elicura Chihuailaf, a quien felicito y abrazo desde aquí, con fraternidad y admiración. Ante este hecho solo cabe expresar alegría”.
