La exposición está inspirada en la Cordillera de los Andes, espacio común, que más que separar a los países limítrofes, en este caso, anuda los talentos en una cita de colores y formas. En la muestra se destacan las propuestas de los chilenos María Eugenia Akel, con una portentosa técnica y fuerza; así como las atmósferas de las obras de Elby Huerta, Antonella Gallegos, Katherine Hrdalo y Hernol Flores Vargas; destaca también los trabajos de Mario Gómez y Alex Chellew. En los cuadros de los artistas argentinos hay interesantes imaginarios en Laura Rudman, Rubén Reveco, Octavio Joaquín y Enrique Testasecca, entre otros.
Lo cierto, es que se trata una cita donde se convocan muchos estilos e imperecederos lenguajes que invitan a ver. Lo malo de la exposición es el formato unitario de los cuadros, que son muy pequeños, de 50 por 70 centímetros, que limitan la gran potencia que tienen las obras de los artistas plásticos. Tanto talento, necesariamente, exige el ancho mayor de la creación infinita.
La exposición estará abierta hasta el 9 de noviembre, con horarios de 10.00 a 19.00 horas, con entrada liberada.
