“La obra de Acevedo Hernández es en principio un rescate patrimonial, que repasa tópicos que hablan de la relación entre clases sociales, géneros y la relación de valores trastocados por los bienes materiales, versus la trascendencia”, explica Nelda Muray-Prado. Ha pasado más de un siglo de los hechos que describe la obra, “y los mismos temas siguen siendo relevantes o contingentes, lo que se refleja en la mirada que las directoras le dieron a la obra”, agrega.

La acción ocurre en la taberna del pueblo de Juan Godoy, lugar de encuentro de los trabajadores y el lugar que se transforma en el escenario para dejar al descubierto los vicios, deseos, dolores y alegrías de las clase obrera chilena. Dos mineros, “Suave” y “Chicharra”, se internan en un viaje iniciático por el desierto en busca de un filón de plata que los sacará de la pobreza y los ayudará a restituir su dignidad.

La actual versión, que es protagonizada entre otros por Iñigo Urrutia, Hugo Medina y Jorge Rodríguez, busca restituir la versión original escrita por Acevedo Hernández, donde a través de una puesta en escena con 21 actores, música en vivo y bailes folclóricos. Para ello, incluye canciones y bailes tradicionales, los que fueron asesorados originalmente por Margot Loyola y Osvaldo Cádiz (los cuales participaron también en las dos primeras versiones de la obra).

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