Y es que «Tangerine», la comedia dramática de bajo presupuesto que cuenta la historia de dos prostitutas transexuales en Los Ángeles, es notable no sólo porque muestra un lado de Hollywood que rara vez se retrata en un filme, sino porque se rodó en su totalidad con iPhones, los teléfonos de Apple.

«Todas mis películas captan la vida de la calle y son filmadas clandestinamente hasta cierto punto, pero utilizar iPhones ayudó», dice Sean Baker, director de «Tangerine», que fue toda una sensación en el Festival de Cine de Sundance de este año.

«Esto condujo a una gran libertad y experimentación. Si nos viste filmar en Santa Mónica Boulevard, no te darías cuenta de que era una sesión profesional, a excepción quizás por nuestro equipo de sonido».

Adepto a la experimentación, el cineasta Steven Soderbergh presentó en la Berlinale su película “Unsane”, filmada con un iPhone, mostrándose dispuesto a abrir un nuevo capítulo en su carrera y demostrar que los celulares pueden tener su lugar en el séptimo arte.

“Es una época fascinante para hacer películas. Ya me hubiese gustado contar con un objeto así cuando tenía 15 años”, afirmó el miércoles en rueda de prensa el director de “Ocean’s Eleven”.

El cineasta estadounidense, de 55 años, no es el primero en filmar una película con un teléfono celular: Sean Baker (“The Florida project”) grabó un día de dos transexuales en “Tangerine” (2015), alegando motivos presupuestarios.

 

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