En 1958, Cirilo Vila Castro cumplió 21 años y estaba cerca de dar un salto. La década siguiente la pasaría estudiando entre Roma y París, pero entonces su territorio todavía era Santiago. Ya estaba cerca de obtener el grado de intérprete con mención en piano en el Conservatorio Nacional, al que había llegado como un niño, y también estaba por finalizar sus estudios con Alfonso Letelier, que en esos días ya era un compositor consolidado y una autoridad universitaria.

Cirilo Vila, joven aún, escribió entonces una cantata que luego guardó. Pasaron las décadas y se convirtió en un músico respetado: creó más de 60 obras para diferentes formaciones, transcribió canciones de Víctor Jara, trabajó con Quilapayún, ganó el Premio Nacional de Artes Musicales en 2004 y, sobre todo, se convirtió en un respetado profesor de la Universidad de Chile.

“Su legado permanecerá en sus obras, en sus grabaciones como intérprete, en sus muchos discípulos, y en su ejemplo de coherencia entre sus ideas, principios y en su integridad como hombre y como artista”, escribió el musicólogo Luis Merino cuando se produjo su muerte, a mediados de 2015.

La Cantata -así se titula, sin más palabras- permaneció oculta, pero en las próximas semanas se escuchará por primera vez. La interpretará el Ensamble Íkaros, en el marco del Encuentro de Música Sacra de la Universidad Católica, junto a un combinado de estudiantes y profesores de la institución. Serán tres presentaciones que funcionarán como estreno póstumo y absoluto (detalles al final de la nota).

“Es una obra bien distinta a lo que él hace después”, dice el flautista Alexis Contreras, quien dio con la partitura a mediados del año pasado, cuando estudiaba un magíster y hacía una pasantía en la Biblioteca Nacional.

“Es una de las más completas entre las obras tempranas de Cirilo en un formato más grande, porque el resto son para instrumentos solos o ensambles pequeños, y es una especie de cúlmine en su periodo formativo. Además, es su única obra religiosa. Con posterioridad, sus temas están relacionados más con la política y la contingencia”, explica.

Con una extensión que supera por poco los 20 minutos, la Cantata está dividida en cinco partes: un preludio orquesta, un movimiento coral, un recitativo, un aria y otro coral para finalizar. Los textos provienen de salmos y textos del Antiguo Testamento y todo debe ser interpretado por una orquesta de cámara, un coro mixto y una soprano.

“Tiene cierta exigencia, sobre todo por el tipo de lenguaje armónico. Toma cierto tiempo acostumbrarse al sonido de la obra y no son intervalos tradicionales. El mayor reto es para los cantantes”, detalla Contreras.

“No tiene un estilo vanguardista. Creo que es una decantación de géneros como el barroco, el neoclasicisimo y cierto gusto por la música francesa de la primera mitad del siglo XX, sin llegar a ser impresionista”, complementa Paula Torres, quien dirige el Ensamble Íkaros y fue alumna del mismo Cirilo Vila. “Podría decir que es un lenguaje que se parece a Paul Hindemith, al mismo Béla Bartók, y cuando empecé a estudiar la cantata encontré que era parecido a Alfonso Letelier… claro, había sido su maestro”.

Aunque es una pieza escrita hace más de seis décadas, Torres recalca que será su primera escucha: “Como directora, una siempre está ávida de música nueva y, sobre todo chilena, porque la música nueva de Estados Unidos y europea está siendo constantemente estrenada, pero en Chile es poca la producción a nivel coral. Es gratificante estrenarla”.

Ensamble Íkaros. Foto: Carlos Arriagada/IMUC.

Ensamble Íkaros. Foto: Carlos Arriagada/IMUC.

¿Por qué la Cantata quedó en el olvido y no fue considerada -ni por el propio Cirilo Vila- al elaborar su catálogo completo? “No se sabe”, admite Alexis Contreras. “Yo especulo que es por los temas que él después decide trabajar, comprometidos con la política, pero quizás también es por el tipo de lenguaje, que pareciera tener cierta influencia de Domingo Santa Cruz. Es como si hubiera querido cortar un poco ese nexo. O, quizás, simplemente la olvidó en su enorme biblioteca. Era fácil pasarla por alto entre partituras más conocidas”.

Alexis Contreras cree que el estreno de su Cantata puede servir para que Cirilo Vila recupere un lugar protagónico entre los autores locales: “Es un compositor muy destacado, pero de a poco ha ido quedando en el olvido. Yo espero que esta obra ayude a volcar la atención sobre él”, pide.

Estreno en la UC

La Cantata de Cirilo Vila se podrá escuchar en tres conciertos del Encuentro de Música Sacra que organiza el Instituto de Música de la Universidad Católica. El programa se titula “A ti me entrego” y se interpretará entre el 21 y el 23 de abril en los campus Oriente y San Joaquín, además de la Parroquia Sagrada Familia (Los Misioneros 2176, Providencia). La entrada siempre es gratuita.

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