Cuando los sábado y domingo, el Canal You Tube de TV CVC, medio de comunicación de la organización de las Culturas Vivas Comunitarias, a las 19.00 horas, trasmite su señal, emerge una dimensión paralela del mundo de las artes y el patrimonio. En ese metaverso comunicacional hablan los territorios de la cultura. Hablan los invisibles.

No están obligados a hacer televisión cultural con programas de comidas y de viajes que hablan para justificar el porcentaje que se les exige la ley a los canales de la televisión chilena. Las Culturas Vivas Comunitarias no necesitan cumplir esa exigencia. Son parte de las culturas que habitan en todo el territorio en su extensión desde que Chile se llamaba Chile y solo dan cuenta de ellas.

¿Acaso se les ha escuchado? ¿A los invisibles?

El Ministerio, el punto seguido y el punto de partida

Al inicio de mes, el Ministerio de las Culturas, Artes y el Patrimonio, MINCAP, convocó a una conversación con organizaciones comunitarias para abordar el Programa de Red Cultural y convertirlo en un plan piloto de “Puntos de Cultura”, a pesar de que se llamaban originalmente “puntos culturales” en el programa del presidente Boric.

Se trata de una iniciativa nacida en Latinoamérica, hace más de una década; en Brasil, Perú, Argentina, Bolivia y México, que tiene que ver con continuar (recuperar) la formación de un Estado Cultural desde sus orígenes, desde los primeros pueblos hasta los que habitan hoy los territorios.

Este primer intento de construir Puntos de Cultura responde a la necesidad de entrar a la dimensión comunitaria, a la construcción de cohesión social, “para conformar un nuevo retejido social y recuperar los barrios”, en voz de la ministra Brodsky.

El MINCAP declara su apoyo a las iniciativas comunitarias, al valor de la asociatividad y la colaboración, en construir diálogos para la cultura comunitaria. Pispea desarrollar su plan en las estructuras municipales, en la perspectiva de profesionalizar la gestión de las unidades de cultura, donde cuenta como aliado al presidente de la Asociación de Municipalidades de Chile, el alcalde de Huechuraba, Carlos Cuadrado, que declara con entusiasmo su apoyo.

El ministerio valora el rol del municipalismo, pero ve, como ineludible antes, el levantar información, porque reconoce que parte importante de los territorios “está fuera del radar de la cartera” y que es imperioso conocer el diagnóstico y la identificación de las organizaciones comunitarias.

La Subsecretaria de Cultura, Andrea Gutiérrez, en este sentido, declara que la palabra clave es comunidad. Y agrega otras llaves como la descentralización, la interculturalidad y la democracia cultural.

Desde el gabinete ministerial reiteran tres ejes del plan: 1. Visibilización; 2. Fortalecimiento y 3. Redes y Articulación.

Dan como punto de partida, el inicio en los territorios y cómo se concretan en una estructura y soporte de acompañamiento con y en el Estado.

La Carta Gantt del MINCAP es crear el Plan de Puntos de Cultura desde julio en adelante y llevar su realización -con tres veces más de presupuesto- desde el 2023. El punto de partida serían 230 organizaciones comunitarias, que en términos concretos corresponden a no más de 20 organizaciones por región. Su meta sería construir mil Puntos de Cultura. El programa se llevaría a cabo desde el departamento de Ciudadanía Cultural. Resaltan esta iniciativa como un proceso y no como un producto.

Las metas pasarían por el empoderamiento social y la articulación en red. Su target serían las organizaciones culturales de base. En septiembre se presentarían el plan del paso a paso, para terminar en un gran evento en el mes de noviembre.

Hasta aquí, el punto seguido para los Puntos de Cultura: el deseo.

Aquí nacen los puntos suspensivos…

La construcción de un Estado Cultural debiera tener en cuenta la creatividad, plurinacionalidad, interculturalidad e integración de la Cultura en todos los ministerios; desde Hacienda en la articulación presupuestaria – no tan solo en el uno por ciento del gasto social para el sector de la Cultura- pasando por  Educación; Economía(fomento); el Ministerio de Desarrollo Social y Familia; el de la Salud (mental); del Interior (seguridad); del Trabajo; de Bienes Nacionales; de Obras Públicas y las subsecretarías de regiones.

Finalmente, el presupuesto de las Culturas, las Artes y el Patrimonio debiera apuntar a tres eslabones: a los territorios y sus organizaciones comunitarias -los Puntos de Cultura-; a las organizaciones sociales de los trabajadores del arte; y, a las Pymes Culturales, a través del fomento desde el Estado (y no desde la banca privada como sucede hasta hoy).

Y aquí comienzan los puntos suspensivos… las preguntas…

¿Cómo se asignarán los presupuestos para los Puntos de Cultura, a los territorios? ¿Desde la financiera concursabilidad? ¿Desde los fondos concursables? ¿Serán asignados a la soberanía popular, esa que inventaron los hombres hace más de trescientos años? ¿Cómo se construirán las confianzas? ¿Se volverá todo desde la verticalidad del paternalismo y el asistencialismo? ¿Será hora de ascender al pueblo?

La modalidad más sana sería la conjunción de las voces de las organizaciones sociales con las de las estructuras del Estado.

Y no debiera ser difícil idear asignaciones directas con las organizaciones comunitarias, como lo han hecho hasta hoy con las corporaciones privadas “sin fines de lucro”, que reciben de manera fácil y expedita, miles de millones de pesos, millones de dólares, ante el estupor de que no se pueden hacer auditorías, sino más bien informes generales del gasto de lo asignado.

Por eso, los Puntos de Cultura aparecen como una decisión importante para un cambio civilizatorio en el país de la Nueva Constitución.

Los Puntos de Cultura son los sueños de un maravilloso temporal que anuncia el Ministerio de la Cultura… pero que todavía no existen. Esa es la realidad.

A lo mejor, por ahora, los Puntos de Cultura son sombras chinescas que se proyectan en el teatro de sombras de las comunidades, de la cultura de los territorios.

En el intertanto, confiemos en la tradición teatral, que antes del inicio del espectáculo de las sombras chinescas, se realice un ritual para dar prosperidad y paz al público.

Eso esperan, al menos, en la televisión comunitaria TV CVC de las Culturas Vivas Comunitarias para que la magia funcione. Sería la mejor noticia que darían en su programa.

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