Tercer tiempo de Mauricio Moyano, publicado por Editorial Forja, llega para conmover a futboleros, nostálgicos y amantes de las buenas historias que retratan la épica y humanidad que se esconde tras cada jugada en canchas polvorientas, bajo focos precarios y corazones encendidos.
Mauricio, partamos por el origen: ¿Cómo nace la idea de Tercer tiempo? ¿Qué te motivó a transformar historias de fútbol amateur en literatura?
-Tercer tiempo es coincidentemente mi tercera publicación literaria y nace desde el deseo de crear historias en torno al espacio de tiempo donde los protagonistas juegan con las leyes de la física y traen al presente situaciones que sucedieron hace quince minutos o hace 30 años. El tercer tiempo es un ritual universal y con el paso del tiempo se vuelve tan apetecido como el partido mismo. Mi intención fue rescatar algunos de estos relatos de batallas pasadas que se intentan inmortalizar con nuestros relatos y transformarlas en historias que reviven gracias a los lectores.
La motivación de las historias gira en torno al futbol amateur, que es un ambiente que viene corriendo en la sangre de mi familia desde hace dos generaciones; mi abuelo Enrique fue por largo tiempo dirigente del club San Pedro del Cerro Esperanza en Valparaíso y desde ahí que mi papa no se despegó del fútbol ni yo me he despegado de él. Lo triste es que el sacrificio se lo llevan las mujeres, que son las que tienen que soportar nuestros excesos a causa del fanatismo, por eso este libro va dedicado a las mujeres de mi familia.
En el libro se percibe una nostalgia muy honesta, casi poética. ¿Qué papel juega la memoria en la escritura de estos relatos?
-Todo es sobre la memoria. Nuestros actos del presente son propios de un pasado que se fue, no volverá nunca más y gracias a la literatura los podemos revivir haciéndole una pequeña trampa al paso del tiempo. Si este viaje al pasado llega de la mano de la expresión poética y reflota nostalgia quiere decir que el embrujo está vivo. Las palabras son nuestra varita mágica para rescatar trozos de nuestro espíritu que de otra forma no podríamos expresar.
Mencionas escenarios en Chile, Sudáfrica y Brasil. ¿Cómo influye el contexto cultural en la forma en que se vive el fútbol amateur en esos lugares?
-La pasión por el futbol la vivimos semana tras semana con los propios matices de nuestras costumbres pero que en esencia es lo mismo, Sea el continente que sea, a todos nos gusta ganar jugando con nuestros amigos y luego recordarlo por siempre. Aprender de los diferentes matices de como cada lugar vive el futbol abre un mundo nuevo por explorar.
Hay una cita de Juan Villoro que marca el tono de la obra: el “tercer tiempo” como ese momento posterior al partido donde todo se vuelve relato. ¿Qué importancia le das a ese espacio de conversación y memoria colectiva?
-Esa cita expresa el deseo por estirar el tiempo a través de nuestros relatos. Juan Villoro es un referente en las letras y los fanáticos del futbol agradecemos que su obra se haya inclinado hacia esta pasión universal. El tercer tiempo, como todo ritual humano, merece toda la importancia que se le da a las expresiones culturales que mantenemos en el día a día. Sin los rituales colectivos perdemos el sentido de comunión humana.
¿Cuál fue el relato que más te costó escribir y por qué?
-Todos los relatos fluyen desde el mismo origen que son mis libretas donde guardo mis experiencias futbolísticas. El desafío es cortar, eliminar y dejar solo lo esencial para que mantenga un interés continuo y el relato no sea un aburrimiento.
¿Crees que el fútbol amateur es un reflejo más auténtico de la sociedad que el fútbol profesional?
-El tema no es cuestionar la autenticidad de la actividad profesional. La pasión del futbol es algo que lleva cada jugador por igual. El que se maneje con una lógica de mercado es lo que lo hace diferente. Hay un carácter mercantilista que lo hace diferente por esencia. Lo diferente desde el futbol amateur va por el lado del compañerismo. Es difícil es que te cambies de compañeros, o cambies de equipo. Puede que muera tu equipo y mute el equipo completo, pero a tus compañeros de generación los tendrás toda una vida, tendrás que soportarlos también toda tu vida y quizás nunca los cambiaras. De acuerdo con la dinámica económica de la actividad profesional, los compañeros varían con mayor frecuencia pues hay un mercado de jugadores, y como toda mercancía, se debe intercambiar al mejor postor, lo que hace que puedan pasar 6 meses y 6 compañeros se fueron a otro club. Pero en el futbol amateur se toman las decisiones de donde jugar motivados por criterios de afinidad humana, o herencia familiar, principalmente esto se da en los clubes de barrio. Si van tus amigos, tú vas a ir a jugar con ellos, aunque sea defendiendo el peor equipo de la competición. No creo que exista ningún jugador que este solo en su equipo y quiera jugar en contra de sus amigos. El deseo de éxito en el futbol, y toda la satisfacción que brinda es un fenómeno colectivo, no tiene un ápice de egoísmo.
¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?
-Actualmente bien enfocado en darle buena difusión a Tercer tiempo para que se lea en un amplio público y también que se lea en otros idiomas. La pasión por el futbol es uno de los mayores fenómenos culturales de nuestra historia moderna y debemos rescatarlo y compartirlo. En el mediano plazo será continuar con trabajos en poesía y luego una novela, pero eso es ya un esfuerzo de mayor aliento, 3 o 5 años. Una buena obra debe cuajarse, no extirparse.
