Hace algo más de 90 años Bertolt Brecht estrenó en el Volksbühne, su teatro en Berlín, una obra que rompió las formas de cómo se entendía el teatro de aquel entonces: “La Ópera de los tres centavos”. En ella puso de cabeza a la sociedad capitalista con la metáfora de la empresa de los mendigos y a la Ópera la transformó irreverentemente en una propuesta de jazz y canciones contemporáneas. La música de Kurt Weil marcó –incluso hasta nuestros días- una vuelta de tuerca de  cómo se concebía el teatro musical. El teatro ya no fue el mismo desde ese instante en 1928.

Viendo la obra “Útopías demodé” pasa lo mismo. Hay algo que se quiebra en el “ver el teatro”. La Compañía Árticas y Magnéticas interpela a la sociedad de manera audaz y disruptiva, donde nadie queda indiferente. Lo bueno es que es políticamente incorrecta.

Recoge el fruto original del drama griego entendiendo la voz colectiva del coro, lo que no impide actuaciones individuales de gran talento. La música de todos los tiempos, clásicos, sesenteros, rock duro –sí, todos juntos- iluminan el escenario de manera coherente y provocativa toda la función. De repente pasan por el escenario como almas en pena Beckett e Ionesco, sin pedirle permiso a nadie. Todos somos culpables y asesinos de nuestro propio destino. La catarsis creada por el teatro griego tiene aquí domicilio al final de la obra.

La construcción de los personajes es convincente y el ritmo desafiante de la obra no decae por el buen manejo del tempo, que hace pausas para que la pérdida del juicio entre en razón de la denuncia del sistema. Es interesante ver un trabajo donde el mundo es de los malos y no hay salida edulcorante. El talento musical juega un rol fundamental en la obra. Las actrices resultan buenas cantantes y también el elenco destaca por ser eximios intérpretes del piano, la batería y el bajo.

Los asistentes se ríen y se incomodan, según el rango etario. Todos, no obstante, aprecian la provocación y el anuncio del derrumbe de la sociedad. La catarsis creada por el teatro griego tiene aquí domicilio al final de la obra. Todos aplauden por varios minutos al final. Eso sí.

“Útopías demodé” es un teatro que mata al teatro y lo revive, lo ilumina de nuevo. La eterna crisis del teatro chileno tiene aquí un discurso nuevo por una sólida compañía. El teatro chileno parece viejo y conservador si uno lo contrasta con esta obra y ésta compañía. En una de esas, tiene la suerte de la obra de Brecht.

Felipe De la Parra Vial

Director de Entrama Cultural

Informaciones y Ficha técnica:

  • Queda una función en la Sala Ictus el próximo jueves 30 de mayo, a las 20.30 horas.
  • En junio harán funciones el 14 y el 15 en la Sala La Vitrina (Marín 0349, Providencia).

 

Texto, dirección y composición Musical: Martín de la Parra y “Ártica y las Magnéticas”.

Dirección Vocal: Fernanda Nome.

Intérpretes: Paula Andrés, Pamela Carreño, Milo Decinti, Carmen Demarta, Martín de la Parra, Valeria Marmentini, Fernanda Nome, Antonia Valladares.

Diseño Integral: Gonzalo Velozo.

Sonido: Roberto Duarte.

Producción: Heny Roig.

Duración: 1 hora.

Edad: +12 años.

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