El 3 de agosto, Gabriela Aguilera llegó al Teatro UC para asumir un cargo que, por cerca de seis años, fue liderado por el dramaturgo Andrés Kalawski: la dirección artística del emblemático espacio ubicado en Plaza Ñuñoa.

La actriz, Magíster en Artes y profesora de Voz en la Escuela de Teatro UC, aceptó el nombramiento en medio de un complejo momento para las artes escénicas. Aún así, dice sentirse expectante respecto del reto: “Me siento desafiada, entusiasmada y muy privilegiada de asumir esta gran apuesta, acompañada y respaldada por un equipo súper afianzado y habiloso”, dijo.

“Este es un momento que nos va a demandar mucha creatividad. Vamos a tener que reinventar las maneras en que veíamos las convenciones a las que estábamos acostumbradas en relación al teatro. Al mismo tiempo, es un momento de mucho terror, de mucho entusiasmo”, sostuvo.

Aguilera, quien por estos días forma parte del elenco de la obra Preguntas Frecuentes que hasta el 5 de septiembre presentará GAM, también comentó que  desde ya el espacio teatral de Jorge Washington #26 ha trabajado una programación para “acompañar” al público. Ahí destaca una serie de talleres que se realizarán por el Día de los Niños y Niñas y una obra vía Zoom basada en el libro Taguada de Andrés Montero.

“Creo que es muy importante el acompañamiento a las personas. El teatro es un lugar de reunión y aunque no podamos reunirnos en otras instancias, podemos reunirnos en otras dimensiones más virtuales. Ese es un eje al que vamos a seguir dirigiendo nuestros esfuerzos”, adelantó.

“El teatro está para poder imaginarse una vida más allá de nuestra vida material, cotidiana. Está para poder soñar con realidades diferentes o revivir realidades que no son la propia. Ese también es un aspecto que tenemos que aprovechar, ya que nuestra realidad está siendo tan dura y difícil. A través de la ficción y las historias paralelas podemos construir, de algún modo, una reflexión sobre el dolor y la sensación de dificultad que estamos viviendo”, agregó.

Gabriela_Aguilera_crédito foto Niles Atallah.002

¿Qué aspecto te gustaría destacar en este desafío que asumes? 

Una de las cosas más importantes es la adaptabilidad o la resiliencia que tenemos que tener, que es muy orgánica en relación al camino del arte. Este es como un momento tremendamente creativo. Entonces, me gustaría ocupar esa dimensión para poder afianzar las cosas que nos importan en este momento y que sentimos que pueden aportar a la sociedad. Este es el momento en que podemos soñar el país que nos estábamos imaginando, a pesar de esta debacle. El teatro es un espacio maravilloso para reflexionar sobre lo que queremos como vida.

¿Cómo confluye ese reto con la misión de teatro universitario? 

Se mezclan, porque el teatro universitario nunca ha estado lejos de lo que ha estado pasando en la sociedad. En la década del 40 los jóvenes universitarios quisieron hacer obras que no se separaban de las cosas que estaban pasando en el país. Eran iniciativas que tenían que ver con los movimientos políticos que estaban sucediendo. En el fondo, cómo hacer acceder a la cultura y al arte a más población, cómo penetrar en las vidas culturales de la ciudadanía. El patrimonio de un teatro universitario tiene que ver con eso, con el diálogo, con la ciudadanía y con los momentos históricos.

¿Cómo la programación 2021 va a reflejar esa propuesta? ¿Han podido resolver ese tema? 

Estamos dando pasos súper cortitos, porque es muy difícil planificar en la situación en la que estamos. Desde octubre de 2019 ha sido un eterno cambio de planes, entonces, en ese sentido, estamos planificando con optimismo el 2020, cerrándolo. Para eso tenemos un proyecto, que va a ser nuestro primer proyecto vía Zoom y que fue propuesto por la dirección anterior. Es un proyecto que revisa un hito histórico de la cultura popular, un duelo de payadores, y lo actualiza sobre una novela de Andrés Montero. Ese es nuestro plan a corto plazo.

¿Cómo desde el teatro han trabajado el protocolo de apertura? 

Hemos estado en el periodo de estudiar las posibilidades, porque si bien el protocolo es súper importante y necesario, tiene que ver con las capacidades que cada centro cultural tiene para hacerse cargo y para responsabilizarse de ese regreso. Nosotros somos una organización institucional, entonces, no solamente tenemos que seguir los protocolos del Ministerio de las Culturas, sino que tenemos que respaldar nuestros propios protocolos de la Universidad Católica. Si bien tenemos muchas ganas de abrir, no quisiéramos correr riesgo,  ni con nuestros trabajadores ni con nuestros públicos.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here