Todas las mañanas me levanto temprano a esperar. Ya he perdido la cuenta del tiempo que llevo en esto: ¿semanas? ¿meses? ¿años? Tengo derecho a mi caja, hay una destinada a mí; eso han dicho en la televisión. Y voy a esperarla. Cada día estoy más delgado y más débil. No importa. Hoy tampoco vinieron. Voy a acostarme. Siento hambre. Mañana será otro día.

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