Este lunes se reiniciaron las clases en la enseñanza básica y media en todo el país bajo la vieja práctica del “probando-probando”, “acierto y error”, para generar un nuevo estadio en lo que sería “la vuelta a la nueva normalidad” en la educación presencial. Bajo el discurso de que lo prioritario es la seguridad, se trata ni más ni menos del “Plan Retorno Seguro”, en voz del presidente Piñera, para crear un nuevo estado de ánimo para echar andar el país en la economía en desmedro de los recaudos que todavía exige la pandemia en Chile y en todo el mundo.

Lo cierto, que los atisbos de imponer el retorno presencial de los alumnos a las aulas semanas atrás, no tuvo éxito con los profesores y las familias que se opusieron rotundamente al primer anuncio, que se fue morigerando con el pasar de los días. Ahora se vuelve al fallido inicio de la educación “on line”, que tiene el unívoco camino de que llegue a solo los sectores acomodados donde existe un computador por persona. En los hogares de los chilenos, el computador –cuando lo hay- queda en manos de los padres que responden al teletrabajo… y hay una gran mayoría que ni siquiera lo tiene. Es un índice –otro más- que revela las grandes desigualdades que existen en Chile.

Por todo, la tentación de enviar a los niños de vuelta a clases presenciales –con gradualidad-  seguirá como un fantasma, lo que puede transformarse en un “niñoicidio”, que genere una nueva ola de contagios que se multiplique en los hogares chilenos, con guarismos que eche todo por tierra en los contagios y la mortalidad por el Covid-19. Una tentación perversa categorizada por el filósofo Achille Mbembe como “necropolítica”. Un desastre que se puede evitar.

¿TV! Educa Chile?

Ante la evidencia de la insuficiencia a nivel nacional de computadores por alumnos, el Gobierno sacó de su chistera una herramienta – el Canal de televisión abierta TV! Educa Chile– que iba a corregir las desigualdades de la educación a distancia, “on line”; en el cumplimiento de la nivelación de aprendizajes y la nivelación emocional, además de la implementación de un currículum priorizado, con el fin de terminar con éxito este 2020. El ministro Figueroa lo calificó como un “apoyo educativo” a partir desde el mismo día 27 de abril. Su lanzamiento se hizo con bombos y platillos en La Moneda como la gran panacea y aporte de los canales de televisión chilena. Propaganda con un objetivo, claramente, insuficiente.

El Canal TV! Educa Chile no es en realidad y, en rigor, una emisora educativa sino que se trata de un canal de entretención para niños y preadolescentes, en el mejor de los casos. Un canal que se destaca por “los monitos”. El canal se emite por 7 señales de Televisión Abierta, principalmente, en aquellos que tienen presencia nacional… que no siempre abarcan todo el territorio chileno. En concreto, a las 25 señales abiertas existentes en Santiago a la fecha, se aumentaron 2 señales más, ya que los otros canales utilizaron sus segundas señales para sumarse al Canal TV! Educa Chile. De las 6 señales evangélicas, ninguna se sumó a la iniciativa.

El gran valor de Canal TV! Educa Chile reside, eso sí, en la muestra de la producción del cine animado – en su gran mayoría- de la producción chilena de talentosos cineastas y productores que fueron financiados por el Estado a través del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) en las últimas décadas.

Es un material de primera calidad con acceso universal. El cine de animación, principalmente, se produce después del estallido de la aparición de “31 minutos” y tiene una exigente producción que se limita a construir las escenas en solo 5 segundos por día.

Verlo hoy es una oportunidad para la cultura nacional. Es bueno recalcar que el financiamiento de las películas tuvo solo dineros para su producción, pero no para su distribución. El viejo problema del financiamiento de las Artes y la Cultura.

En Chile se armó una industria muy interesante y valiosa destinada, desgraciadamente, a las bodegas del CNTV y no apreciadas por los canales criollos. Solo contados casos, como “Puerto de papel” y “Plastiline” tuvieron cabida en canales latinoamericanos. El caso de “El perro Chocolo” tuvo su correlato en un canal You Tube con éxito hasta el día de hoy.

El Canal TV! Educa Chile es un tremendo aporte para Cultura y las Artes de Chile…para los niños, donde el Estado es incapaz de tener un Canal para el sector, que tiene un historial de sospechosa propuesta de USD$ 60 millones de dólares para su aparición en el pasado gobierno.

Esa es la buena noticia. La mala, es que es muy probable, que cuando terminen las condiciones de seguridad sanitaria de la pandemia se eliminen las señales de este canal en la Televisión Abierta, a pesar de que cada uno tiene potencialmente 4 señales de emisión y que no las usan actualmente. Hay aquí un espacio para el desarrollo de una industria del cine animado de grandes proporciones que debiera continuar y ser parte de la oferta en la Televisión Abierta.

La otra mala noticia es que el Canal TV! Educa Chile no es Educación a Distancia. Su programación se limita al material que se tiene de manera gratuita y no tiene un correlato pedagógico técnico como lo fue en el pasado, en los 60, con “Radio Escuela” del Ministerio de Educación (Alessandri, Frei Montalva y Allende), donde se realizaba en publicaciones y programas radiales en más de una veintena de emisoras en todo el país. Testimonio de esa historia de Educación a Distancia está en lo que fuera el Centro de Perfeccionamiento de Lo Barnechea del ministerio del ramo. El recordado Teleduc también ha resonado en la nostalgia de la educación a distancia.

Sin embargo, la programación del Canal TV! Educa Chile no está programada para los distintos niveles de educación que exigen los cursos lectivos. Ni siquiera como “apoyo educativo”.

La educación a distancia “on line” –que es la solución inmediata que se anuncia- de los niños y jóvenes de Chile está pendiente y sin solución. La otra, mandarlos a clases presenciales en forma gradual a los colegios, es una tentación que hay que detener para que no se cometa un “niñoicidio” en pleno peak de la pandemia.

Lo que sí hace falta es un “sincericidio” de parte del gobierno con los profesores y las familias. Sería lo más sano para dar una Educación responsable para las niñas y los niños de Chile en este año de pandemia. La buena noticia sería que en Chile se instalara por siempre un Canal del Estado para la Educación. En serio. Y otro, para los niños, ambos en la Televisión Abierta con acceso universal.

Felipe De la Parra Vial

Director de Entrama Cultural

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