Se va septiembre y el Ballet Folklórico Nacional (Bafona) no apareció en ningún escenario. En el Mes de la Patria, sus bailarines y músicos no revivieron el trote nortino, ni el “pavo” de Chiloé, ni la cueca de la región central. Tampoco recordaron a Víctor Jara ni actuaron a beneficio de los damnificados por los temporales y los incendios en el sur.

El Bafona, uno de los principales referentes de la cultura folklórica durante los últimos 58 años, se declaró en huelga hace seis meses.

Los artistas piden que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio aumente sus sueldos en un 40%. Quieren homologar sus ingresos con aquéllos que reciben los maestros de la Orquesta de Cámara de ese ministerio.

¿Una petición justa?

Con jornadas de 25 horas semanales, los bailarines y músicos ganan mensualmente entre 2.055.040 pesos, para un bailarín, y 4.888.260 para su director artístico. Los integrantes de la Orquesta de Cámara de Chile –que se mueven en el campo de la música clásica- obtienen sueldos superiores, tras largos años de estudios académicos. En el ballet folklórico, en cambio, 27 de sus miembros sólo poseen licencia de enseñanza media, mientras unos pocos tienen estudios de danza, canto o ejecución musical.

Como son funcionarios del Estado, para financiar su actividad el ministerio requiere un presupuesto y aquí sube al escenario un montaje que no es precisamente artístico, sino de orden político: La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, con votos de la derecha y la Democracia Cristiana, acordó rechazar los fondos para el presupuesto de cultura del próximo año, si no se soluciona la huelga del Bafona.

El propósito de este acuerdo es “presionar con la idea de rechazar el presupuesto de cultura si el Gobierno no toma la decisión de poner punto final a esta problemática”, explicó el diputado del comité republicano Mauricio Ojeda.

El proyecto de presupuesto de la nación –que incluye los recursos para cultura y los demás ministerios- debe llegar al Parlamento antes del próximo sábado 30 de septiembre. Así de urgente es el tema. Tan urgente, que el Sindicato de Actrices, Actores y Trabajadores Teatrales (Sidarte) expresó su alarma por estas “amenazas”.

Son preocupantes estas amenazas porque implican una instrumentalización política de los recursos del país, en beneficio exclusivo de una agrupación de trabajadores que ya cuenta con importantes privilegios exclusivos otorgados por el Estado, a diferencia de la mayoría de los trabajadores/as del país”, advirtieron los dirigentes de Sidarte en una carta pública.

“El Presupuesto Nacional de Cultura –agregaron- es la fuente de recursos que el Estado dispone para solventar el desarrollo cultural de toda la Nación, involucrando acciones presupuestarias que benefician a todo el país, incluyendo a todas las regiones, a los diversos sectores culturales, a sus trabajadores y ciudadanía”.

La Asociación Nacional de Funcionarios y Funcionarias de las Culturas y las Artes (Anfucultura), que dice representar a 2.400 trabajadores del ministerio que encabeza Carolina Arredondo, admitió que es “extremadamente difícil” no solidarizar con sus compañeros del ballet folklórico, aunque la mitad de ellos se ha “bajado” del paro.

“Pero lo que hemos observado durante estos casi seis meses es que lo que se ha hecho, en definitiva, es dilatar un acuerdo aprovechando la crisis política del país y de administración en nuestra cartera, para dar espacio a una batalla política y cultural que actualmente están librando representantes de la derecha y la extrema derecha tanto en el Congreso, como en la Convención Constitucional”, señalaron los dirigentes.

Evelyn Hernández es una de las cantantes del Bafona, que actúa como vocera del grupo. Ella no sólo pide la homologación de sueldos, sino la salida de la Subsecretaria de Cultura, Noela Salas, nieta del fallecido actor Nissim Sharim. La acusa de apoyar a un jefe administrativo que enfrenta denuncias por maltrato laboral. Prueba de su acusación es que la Subsecretaria tomó clases de cueca con este funcionario, “en horas de trabajo”.

Y Evelyn niega estar vinculada con la derecha: “Han tomado como lema decir que no hay voluntad porque nosotros somos militantes de un partido particular o de extrema de derecha. Si así fuera no es delito para negar nuestros derechos”, sostuvo.

En medio de este cuadro se acerca el plazo fatal para que el proyecto de nuevo presupuesto de la nación llegue al Parlamento. Y el Bafona no participará en el “Festival de Arte y Memoria” que se realizará el próximo viernes en el Estadio Víctor Jara.

Además de recordar al cantante y director teatral asesinado por militares hace 50 años, ese día habrá un “reconocimiento y homenaje a las y los cantores que pusieron su música y su cuerpo en defensa de la democracia en los años de la dictadura”. Entre quienes recibirán ese reconocimiento no estará el Ballet Folklórico Nacional, porque sigue en huelga.

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