La presente historia comienza un viernes por la tarde en la habitación de un hotel en Phoenix. Allí  la secretaria Marion Crane (Janet Leigh) y su novio Sam Loomis (John Gavin) discuten sobre el hecho de que no pueden casarse debido a las deudas de Sam. Marion regresa a la oficina inmobiliaria donde trabaja. En este lugar, un cliente deposita 40.000 dólares en efectivo como pago de una propiedad. El jefe le encarga a la bella secretaria que lleve el dinero al banco. Ella en lugar de depositarlo, decide robarlo y huir.

La obra, mil veces vista, es la película Psicosis de Alfred Hitchcock y data de 1960. Con guion de Joseph Stefano, está basada en la novela homónima de 1959, escrita por Robert Bloch, quien, a su vez, se inspira en  los crímenes de Ed Gein, un asesino en serie de Wisconsin.

Se debe aclarar, que la bella secretaria, nunca fue alcaldesa, Seremi o gobernadora de Phoenix; sin embargo, nos permite deducir -parafraseando a Lucho Barrios – que la historia vuelve a repetirse.

La historia continua, Marion cambia su auto, es seguida por un policía, cuya función es asustar al público y a la protagonista y, una lluviosa noche, llega al hotel, administrado por Norman Bates (Anthony Perkin) donde es asesinada mientras se ducha. El crimen, del que se hicieron más de 50 tomas, se ha transformado en una de las escenas más vistas en la historia del cine. Días después el detective privado Milton Arbogast (Martin Balsam) comienza a buscarla y, cuando va a descubrir la verdad, desaparece. No es raro que cuando alguien se acerca a la verdad, desaparezca por arte de magia.

En el pueblo nadie se entera. Nada nuevo bajo el sol, siempre que un hecho no conviene, la frase de vecinos y contribuyentes es “Nunca supe” Luego su novio y la hermana comienzan a buscarla, la película produce diversos puntos de quiebre y se transforma en una de las grandes películas de suspenso.

Finalmente descubrimos que Norman era sicótico, como en muchos casos, la última escena da el nombre a la película.

El suspenso y los miedos

El suspenso, es un sentimiento de incertidumbre y de ansiedad que está ligado a las consecuencias de una situación vivida o experimentada. Hay que tomar en cuenta que este sentimiento no está ligado solamente con la ficción, también puede presentarse en nuestra cotidianeidad y se manifestarse a causa de cualquier vivencia que lleve a un desenlace penoso. (Todos y cada uno de nosotros, nos angustiamos de sólo pensar que podemos, tener un resultado penoso)

El suspenso surge cuando alguien, por su falta de conocimiento sobre un desarrollo significativo, conlleva a una actuación de incertidumbre y oscuridad La historia avanza gracias a una idea, objeto o persona que, finalmente, nos damos cuenta no sirve de nada. Este hecho, llamado Mac Guffin, en Psyco son US$ 40.000 que quedaran en la maleta de un auto que es tirado al río. La plata sólo sirvió para preocupar a la hermana Norma y su exnovio, que no pueden creer que la bella secretaria sea una ladrona.

El nombre MacGuffin no significa absolutamente nada, sólo importa porque mueve la trama.

Poético ¿no?

Sus miedos, nuestros miedos.

El Mac Guffin nos genera un diario temor. Desgraciadamente el miedo se ha transformado en un gran negocio. Desde la época de la dictadura hasta nuestros días, un fantasma recorre Chile, es el fantasma del terror. En la mayoría de los casos, justificado.

No me atrevo a salir de mi casa, porque me pueden asaltar. Si no trabajo hasta las 11.00 PM, me van a echar de la pega, etc. Mi esposa me pondrá los cuernos con su jefe.

En entrevista con el cineasta francés Francios Truffaut, Hitchcock, dice “Siempre he pensado, y quizás sea la expresión de mi propio miedo, en las personas normales a las que de pronto se priva de libertad para encarcelarlas con delincuentes profesionales”

¿Quién no tiene miedo de aquello?

En Chile – no me refiero a otros países porque no he vivido en ellos – la sospecha es parte de nuestra cotidianeidad y puedes tener la mala suerte que te confundan con un ladrón y te maten a palos en la calle como le ocurrió hace pocos días a un joven en La Florida.

Norman Bates ha pasado a ser parte de nuestro inconsciente colectivo (colectivo inconsciente) nuestro compañero de fila en el banco o de asiento en el Metro.

En una de esas, nosotros somos Norman Bates.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here