Al regreso de cada gira por el sur de Alemania con mi proyecto musical, siempre llegaba con grandes satisfacciones. El 2006 fue uno de ellos, y que marcó un cúmulo de especiales emociones. Esta vez se trataba de la primera gira y salida a Europa junto a José, mi hijo menor que solo tenía 9 años, y por ese tiempo me mostraba su interés en participar de mis viajes, y además quería  integrar la agrupación de músicos latinos que había formado en Alemania. Hasta el momento solo habíamos salido a Argentina a un encuentro de futbol, donde José también mostraba su talento como futbolista y era también un ferviente participante.

Los conciertos en Alemania fueron todos exitosos y comenzaron en Rasstatt, en el Castillo Rotenfels, donde hubo una especial crítica y salida en periódicos, donde se destacaba la presencia de este pequeño «genio latinoamericano», como lo señalaba el periódico en Baden Baden. Durante el viaje de regreso, en los apasionados comentarios de las emociones vividas en el viejo mundo con el pequeño y gran músico, nos hicimos la promesa de que llegaríamos a concretar nuestro anhelo de tocar en conciertos públicos junto a toda la familia de músicos de casa. Hasta el momento era solo hacer música entre nosotros, con nuestra familia de Valparaíso y para los colegios de mis hij@s, donde presentábamos nuestro nutrido repertorio de Villancicos en Navidad.

Cumpliendo con la promesa, dimos el comienzo de nuestros conciertos públicos en el Mesón Nerudiano, lugar de nuestra primera presentación y que fue un 7 de agosto de 2007, día de mi cumpleaños. Los conciertos que vinieron posteriormente fueron marcadamente comprometidos con propósito social, era también de vital importancia para nosotros generar conciencia y recursos para los multi déficit en Chile, del cual junto a Sol, éramos activos participantes y organizadores,  inspirados por la multidiscapacidad de nuestro hijo Nelson.

Estos conciertos empiezan en la Escuela Moderna de Música (EMM) que nos abre sus puertas en apoyo a esta causa gracias a la valiosa gestión de Guillermo Riffo, músico, compositor y también administrativo en ese entonces de la EMM.

Grabamos nuestro primer disco QUITRÚ en nuestra casa y nos embarcamos en una gira a Suecia;   hicimos conciertos en Gotemburgo, Estocolmo y Skara. Una experiencia muy estimulante que nos dio mayor entusiasmo aún por nuestro proyecto artístico. De regreso en Chile obtuvimos un proyecto Fondo de la Música y grabamos nuestro segundo disco QUITRÚ, FAMILIA EN CANTO Y RAÍCES, con repertorio inédito, y también integramos la poesía de Absalón Opazo, nuestro sobrino poeta y periodista de Valparaíso.

Este disco, a partir de su lanzamiento realizado en Santiago y sur de Chile, nos permitió mantener una permanente actividad de conciertos, participación en proyectos que se mantiene hasta el presente año 2020, donde Quitrú está cumpliendo 13 años desde su primer concierto público en el Mesón Nerudiano.

Muchas satisfacciones y emociones he sentido en esta apasionante aventura compartida con los seres que amo y que son parte del nido que hemos formado con Sol, mujer con quien decidimos en los años 80 unimos para caminar juntos por la vida.

La llegada de Nelson, nuestro segundo hijo, con su «multidiscapacidad» nos marca un cambio total de todo lo previsto, y nos lleva a un mundo distinto, misterioso y de harto sacrificio hasta hoy. A pesar de sus limitaciones siempre él está expresándose a su manera con su potencial musical, los ritmos y las melodías de nuestra música las entonan en los momentos menos esperados.

El talento artístico, la notable evolución, formación y proyecciones personales de cada integrante,  nuestros hij@s Milén Javiera y José, mi pareja Sol Opazo, mi cuñado Ramón Opazo  y mi yerno Andrés Guasp , son energías que se unen  y potencian un mágico y sublime resultado artístico humano de Quitrú.

Como compositor, director y fundador de Quitrú, siento gran satisfacción por los resultados obtenidos hasta hoy,  desde todo punto de vista, que se avalan en un profundo compromiso nuestro y nos indica que más que un proyecto artístico temporal, esta agrupación es y será una expresión ligada a la médula nuestra como familia y músicos, por lo que creemos, y esperamos,  se traspase a varias generaciones más,… más aun, cuando cada año cobra más partido nuestro predicado que escribimos hace años y que lo encuentran en nuestro primer disco «Quitrú, familia en canto y raices» y que dice así: «Cuando a través del amor nos encontramos en la música, la vida se hace hermosa, única y entretenida.  Sangres entrelazadas, raíces porteñas, generaciones, diversidad, capacidad y discapacidad, elementos vitales que dan origen a este proyecto».

Quitrú… felices 13 años y más!!!

Nelson Vinot / Quitrú

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