Apenas la autoridad sanitaria confirmó los primeros casos de COVID-19, los establecimientos educacionales cerraron sus puertas con el fin de evitar contagios entre sus estudiantes. No obstante, con ello surgió un reto que, hasta ahora, nunca se había enfrentado en el país: la educación y culturización a distancia.

Para dar respuesta a esta situación, desde el Mineduc levantaron una plataforma en la que se encuentran los contenidos que deben ser abordados por los alumnos de enseñanza básica y media. Por su parte, el Ministerio de las Culturas potenció el sitio Elige Cultura, que incluye una serie de proyectos como la animación Cantar con Sentido de Leonardo Beltrán sobre la vida de Violeta Parra y un libro descargable para colorear realizado por Memoria Chilena, entre otros.

Pero, ¿son suficientes estas iniciativas, sobre todo cuando se habla del aislamiento social de los niños y niñas del país? Para la académica de la Universidad de Chile, Lorena Antezana, todas estas medidas son positivas, ya que permiten abrir nuevas ventanas respecto de la educación y la promoción cultural. Sin embargo, reconoce que para alcanzarlas es preciso contar con Internet, lo que de antemano supone un privilegio en términos adquisitivos y de uso de la información.

“Siempre doy el ejemplo de Plaza Sésamo. Este programa se hizo para que los niños de sectores con menos privilegios tuvieran acceso a algún tipo de información, porque pasaban mucho tiempo en la calle y no muchos iban a la escuela. Sin embargo, se descubrió que los niños que veían Plaza Sésamo eran niños que ya tenían condiciones adecuadas, porque al resto nunca nadie les enseñó a ver este contenido. Nadie les dijo dónde estaba y cómo podían acceder a ello”, dice la investigadora.

“Ahora, en general, ninguna iniciativa va a funcionar si es que no hay alguien, algún adulto, que pueda acompañar este proceso, porque el consumo de televisión o de Internet es un hábito que se construye en el tiempo. Entonces, no porque esté disponible tal contenido, significa que los niños van a acceder a él. Además, se necesita una especie de intercambio en el sentido de que el contenido que se esté recibiendo sea significativo, que tenga una validez”, añade la académica.

educación a distancia

Televisión, ¿una reforma de emergencia?  

En este contexto, hoy la televisión abierta surge como una de las alternativas más democráticas si se piensa en la educación a distancia. En esa línea, desde TVN informaron que el matinal Buenos Días A Todos incluirá un segmento dedicado al público infantil. El contenido se transmitirá al mediodía y será elaborado junto al Ministerio de Educación.

Aún así, la iniciativa es insuficiente, sobre todo cuando se toman los antecedentes respecto de la programación destinada al segmento infantil: sólo un 0,9 de la producción está orientada a este público, según datos del Consejo Nacional de la Televisión. De acuerdo a esas mismas cifras, estos programas se emiten, principalmente, durante el fin de semana y en horarios muy acotados.

En esa línea, Soledad Suit, directora del CNTV Infantil, señala que hoy, más que nunca, son importantes los contenidos para niños. “Ahora, es necesario distinguir algo: la Asociación de Canales Regionales transmiten la programación infantil que entrega el CNTV hace varios años. Entonces, ahí tenemos una muy buena evaluación, pero en los canales de TV abierta, de cobertura nacional, hay poco muy contenido disponible para los niños y niñas y, ciertamente, ahora es necesario incrementar eso”, comenta. 

“Esas son decisiones editoriales de los canales, entonces no puedo juzgar tanto, pero me parece que todos los canales de televisión, por el hecho de usar una parte del espectro radioeléctrico del país, que es algo público y de propiedad de todos los chilenos, tienen una responsabilidad de servicio público. En ese sentido, los canales de televisión debieran entregar no sólo información, no sólo entretención para los adultos, sino que también educación para los más pequeños”, añade.

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CNTV, la apuesta infantil 

Actualmente, el Consejo Nacional de la Televisión (CNTV) cuenta con dos medios de difusión de contenidos: una plataforma audiovisual en la se exhiben los proyectos beneficiados con fondos y CNTV Infantil. De esta manera, el organismo presenta, de manera gratuita, la primera temporada de Niños Inmigrantes, serie documental que rescata las vivencias de un grupo de hijas e hijos de inmigrantes que viven en Chile; Yo Pipoo, serie infantil sobre un inquieto niño de seis años que, junto a su abuelo, se sumerge en las más excéntricas aventuras; y Hostal Morrison, programa de dibujos animados en la que los protagonistas son monstruos.

En total, CNTV Infantil comprende más de dos mil títulos, pasando por juegos y guías educativas dedicadas a padres, apoderados y docentes. Respecto de ello, Soledad Suit indica que hoy los medios de comunicación deben apostar por plataformas múltiples que sigan los intereses de los niños que están fuertemente relacionados con las nuevas tecnologías.

“Existe una oportunidad, porque además de entregar contenidos puedo abrir un canal de diálogo con los niños y niñas en el que puedan subir sus videos y contar historias. Hay mucho que se puede hacer desde el mundo audiovisual con esos segmentos de públicos y audiencias”, enfatiza.

Así, Suit señala que frente a la crisis que enfrenta la población, los medios tienen la tarea de modificar su relación con los niños y niñas. El reto, es transformarse, adoptando las nuevas plataformas digitales y aprovechando las posibilidades que brinda la Web.

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Desprotección y contenidos  

La educación y la culturización de los niños a través de la televisión o los medios digitales no es un tema nuevo. Desde hace, por lo menos cinco años, éste es un debate que preocupa a gestores, educadores, padres e investigadores.

Frente a ello, Alejandra Fritis, directora del Festival Internacional de Cine para Niños, Niñas y Adolescentes Ojo de Pescado, sostiene que esta situación no deja de ser preocupante: “Ante estas circunstancias de emergencia, vemos que existe una gran carencia de contenido audiovisual y televisivos para niños y niñas en nuestro país. Esto es algo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo, pero ahora queda en evidencia”.

“El hecho de que no tengamos una televisión pública, cultural, infantil, que, realmente vele por los contenidos que se ponen a disposición de la población y no de los intereses comerciales, nos deja absolutamente desprotegidos”, comenta.

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Por otro lado, Alejandra Fritis sostiene que el tema de los contenidos digitales es un mundo aún nuevo para los programadores nacionales. “Estamos muy atrasados, tanto como para poner a disposición los contenidos que producimos, que son demasiado escasos a mi parecer, como para poner a disposición otro tipo de contenido, de otras procedencias”, dice.

“Además, en un contexto donde las personas no tienen la suficiente rentabilidad, el tema de Internet es algo muy limitado. Entonces, el Gobierno debería intervenir en reducir esa brecha de desarrollo digital que tenemos en Chile”, recalca.

De esta forma, la educación y culturización de los niños y niñas a distancia es un debate en desarrollo. Si bien las propuestas existen, éstas no dejan de ser soluciones lejanas respecto de la realidad de la población chilena. Aún así el desafío queda sobre la mesa, es decir, avanzar hacia un medio cultural capaz de abarcar cada una de las regiones del país, apostando por un contenido lúdico, inclusivo y que acompañe los procesos de escolarización.

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